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¿Pero qué me estás contando?

Silueta de hombre pidiendo perdón a una mujer. | Fuente: Pixabay

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Siempre nos han contado, que pedir perdón, demuestra la buena voluntad y el deseo de continuar, manteniendo esa relación que tú considerabas que era correcta y que mantenías a lo largo de muchos años.

Pero un dia, surge esa respuesta que te hace ver, el rencor que te han estado profesando durante ese largo tiempo, y sin el menor temor, te lo “sueltan a la cara” y es entonces cuando de verdad te propones, pasar de esa situación y ser capaz de perdonar y olvidar.

Nos educan con la idea de pedir perdón, si has hecho algo mal, que puedas herir a otros y con esa acción demostrar tu pesar y arrepentimiento. verdadero.
Y lo haces, no una vez sino varias.
El “tortazo” mayúsculo que recibes, es
que, no olvidaron y no perdonaron ni te perdonarán, nunca.

Circunstancias, que no quita la culpa
que en aquellos tiempos cometiste.
Por la que tu arrepentimiento ha sido
siempre muy real.
Esto ocurre en familias, con duras historias, mal gestionadas por los tiempos en que transcurrieron, pero que los que las sufrieron, crearon para ellos y los suyos un rechazo total hacia los que participaron en ellas.

Siendo los mas ofendidos quienes por
su proceder, no pensaron en las consecuencias que tendria su acción.

Esa es la tragedia, se enquisto el rencor, en unos más que en otros, pero no deja de existir a dia de hoy.

¿Como se puede vivir, recordando con rencor algo que pasó hace tantisimo tiempo?
El poder perdonar a quien has sentido que te ofendió, que te hizo daño en aquellos años, demuestra tu magnanimidad y te dignifica como ser humano.

Sé grande de corazón, que sea hoy el primer dia de tu vida, sin rencor.
Todos vivimos aqui.
Es una historia de posguerra, aquella que fue la nuestra.

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