Hoy: 23 de noviembre de 2024
La talentosa Penélope Cruz regresa a España con un proyecto cinematográfico que promete cautivar al público: Ferrari, una película basada en la vida de Enzo Ferrari, en la que comparte pantalla con Adam Driver bajo la dirección de Michael Mann.
En medio de la emoción por su exitosa trayectoria profesional, Cruz reflexiona sobre los momentos que han marcado su vida. Entre ellos, destaca un viaje que la llevó a trabajar en las casas de María Teresa de Calcuta, una experiencia que la impactó profundamente: “Si hay un viaje que a mí me cambió la vida, fue ese”, confiesa la actriz.
Apasionada por su oficio, Cruz revela el nivel de entrega que pone en cada personaje que interpreta. Reconoce que su obsesión por estudiar el comportamiento humano la lleva incluso a distraerse en lugares públicos imaginando historias sobre las personas que la rodean.
A pesar de su exigencia consigo misma, la actriz admite que siempre se cuestiona si podría haberlo hecho mejor al revisar sus trabajos. Recuerda con especial cariño el impacto que tuvo en su vida la película Átame de Pedro Almodóvar, un momento decisivo que la inspiró a perseguir su sueño de ser actriz.
Sin embargo, no todo es glamour en la vida de una estrella de cine. Cruz revela cómo el trabajo intenso afecta a su familia, especialmente a sus hijos, quienes a veces deben soportar las demandas del proceso de preparación de un personaje.
Entre confesiones, la actriz revela una de sus fobias más profundas, relacionada con la velocidad, una experiencia traumática en su infancia que la marcó para siempre y que la hizo reconsiderar su último papel en Ferrari.
Demostrando su lado más humano y solidario, Cruz aprovecha la ocasión para apoyar la investigación contra la ELA, alentando a los espectadores a contribuir a esta causa noble.
Visiblemente emocionada, la actriz recibe un mensaje conmovedor de Jordi Sabaté Pons, un activista que lucha contra esta enfermedad, dejando en claro la importancia de la empatía y la solidaridad en la vida de todos.