Hoy: 23 de noviembre de 2024
Se queda. No dimite. Pedro Sánchez ha decidido mantenerse como presidente del Gobierno. Así lo ha anunciado esta mañana en una comparecencia de 9 minutos en el palacio de la Moncloa en la que confirma que mantiene el cargo y saca al PSOE de la consternación y casi se podría decir del sufrimiento.
Por resumirlo, como ya anunciaba este periódico, Sánchez ha hecho un Xavi de libro al insinuar que se iba para después quedarse. ¿De verdad eran necesarios estos cinco días en el que ha congelado la actividad política y social española para esto? En su intervención no ha habido ni un segundo de autocrítica. Todos los males los encarnan los demás, es decir partidos de la derecha, medios de comunicación y jueces.
De la intervención de Pedro Sánchez queda la sensación de amenaza a los que muestran voces críticas con la acción del Gobierno, como los jueces y periodistas, no hubo explicación alguna a la certeza o no de las acusaciones contra su esposa, Begoña Gómez, y dio a entender que él y su partido encarnan la auténtica democracia y la verdad. Quizás por ello aseguró que esto es un punto y seguido en la política española, e insinuó que habrá medidas de regeneración.
El líder socialista animó a la sociedad a movilizarse contra todo lo que representa, en su opinión, una amenaza para la defensa democrática de los valores. “Merece la pena seguir por la regeneración de la política y la democracia para consolidar derechos”.
En una comparecencia en la que aludió a conceptos como el odio, las mentiras, las falsedades o el fango, Pedro Sánchez justificó su continuidad como líder socialista y presidente “porque hay veces en las que la única forma de avanzar es detenerse y decidir por dónde queremos avanzar”.
En sus palabras admitió el desconcierto que ha podido causar su carta del miércoles pasado y afirmó que no se trataba de una maniobra política. “No es cuestión de ideología, es de respeto y de dignidad”, ha declarado Sánchez, que mantuvo el derecho a que la mujer no tenga que recluirse en el ámbito doméstico para no interferir con la actividad de su esposo, en alusión a su esposa y a la investigación judicial por si ha incurrido en delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
Sánchez afirmó que no hay que confundir “libertad de expresión con libertad de difamación” y agradeció las muestras de simpatía y en especial al PSOE por su apoyo, que han tenido que ver con su decisión de seguir. “He decidido seguir y lo haré con más fuerza, si cabe, en la defensa de los derechos y libertades”. El presidente apuesta además por la dignidad y el sentido común y advirtió que se trata de decidir qué tipo de sociedad queremos para este país”.