Un total de 34 obras del artista se exponen desde este miércoles en la Galería Elvira González de Madrid
El mundo puede ser como es o como lo imagina Miquel Barceló y de ese mundo sorprendente ‘habla’ el artista en una muestra con 34 obras en la Galería Elvira González, de Madrid.
«Que sean toros o peces me da igual, es ambivalente. Es como un belén en el que cada figura sirve para hacer un nacimiento. Pinto un cuadro y se convierte en una cosa u otra. Al final toda la vida he pintado un poco lo mismo, es parte de mi vida. Entonces, los toros es un gran reloj de la vida o la muerte, es un tema que me gusta. Ahora parece un tema del siglo pasado y eso también me gusta», ha explicado el artista mallorquín en declaraciones a los medios que han acudido a la inauguración .
Precisamente, Barceló ha reconocido que, cuando comienza a trabajar en un lienzo, nunca sabe qué es lo que va a acabar siendo. Por eso, acaba dándole importancia a lo que ni él mismo ve. «Lo que me gusta es lo que no acabo de entender, como casi siempre», ha añadido entre risas.
a muestra ‘Flores, peces, toros’ de Barceló está dividida en tres salas y se compone de pinturas, aunque también de cerámicas y acuarelas. Concretamente, una de las cerámicas de arcilla blanca, que realizó cuando volvió de un viaje por África en 1996, simula una cabeza de pescado que él mismo moldeó «a puñetazos», según ha explicado.
Otras de las cerámicas, más recientes, las ha realizado con canicas que tras pasar por el horno, a más de 100 grados, se pulen y provocan «imprevistos».
Tauromaquia
Aunque la tauromaquia también está presente en algunas cerámicas, el soporte que Barceló usa mayoritariamente es el lienzo, donde refleja el arte del toreo -una constante en su obra desde la década de los años 80-. Así, a vista de pájaro o como un espectador, Barceló muestra momentos en las plazas de toros.
Entre las obras, hay una pieza que simula ser un cartel, que iba a ir a parar a un proyecto pero que el artista nunca usó, según ha precisado. «Parece un torero cansado y los toros no parecen muy muertos», ha reflexionado.
Todas las piezas de ‘Flores, peces, toros’ son muy recientes, se han hecho en el último año, algunas incluso más recientes. Es el caso de uno de los lienzos más grandes de la galería, una especie de acuario en el que decenas de peces brillantes se rozan entre ellos.
Se ve lo que es
«Se ve lo que es. Es la imagen tropical de los peces exóticos, casi todos lo son. No me canso de mirar los peces debajo del agua y por eso los pinto con el mismo placer con el que los miro. En realidad son improbables porque no creo que se correspondan con especies reales, pero me gusta la combinatoria aleatoria. Se mueven, son de colores que se combinan improbables. El naranja actúa muy bien con el verde», ha comentado mientras analizaba su propia obra.
Pese a ser muy recientes, los motivos que aparecen en las creaciones llevan acompañando al artista toda su vida. «Espero haber aprendido algo. Aunque no soy distinto, sí lo veo diferente. Toda la vida he pintado las mismas cosas», ha concluido.