Después de cuatro décadas surcando los cielos españoles, la emblemática Patrulla Águila realizó su vuelo de despedida los pasados 14 y 15 de junio durante el festival Aire 25 en la Academia General del Aire de San Javier, Murcia. El evento atrajo a medio millón de personas, incluyendo al rey Felipe VI, la ministra Margarita Robles y los presidentes de Murcia y Madrid.
Desde 1985, los aviones CASA C‑101 “culopollo” habían sido el corazón de la patrulla, acumulando más de 300.000 horas de vuelo, 500 exhibiciones —170 en el extranjero— y representando a España en eventos tan destacados como Barcelona 1992. En su última actuación, realizaron maniobras clásicas como el sacacorchos, tirabuzón y el corazón con flecha, provocando una ovación prolongada en las playas del Mar Menor.
La despedida también incluyó la exhibición de patrullas acrobáticas internacionales: Frecce Tricolori (Italia), Patrouille de France, Patrouille Suisse y Red Arrows (Reino Unido). Además, se desplegaron aeronaves como el Eurofighter, F‑18, helicópteros, un A400M y varios aviones históricos.
El motivo de la retirada es el envejecimiento de los C‑101. A partir de ahora, la patrulla iniciará una transición hacia aviones Pilatus PC‑21, que ya comenzaron a introducirse este verano, creando una nueva formación acrobática inicialmente denominada Mirlo. Este cambio responde a la decisión del Ejército del Aire de modernizar sus equipos, detalla Diario Las Américas.
Aunque muchos espectadores expresaron nostalgia por los C‑101, los líderes militares y la ministra subrayaron la necesidad de evolución. El jefe del Estado Mayor, Francisco Braco, reconoció que los aviones “caducan” y justificó el relevo por la modernización tecnológica.
Con el testimonio del capitán Manuel Cuenca, se confirmó que la nueva formación “Mirlo” ya participará en eventos oficiales como el desfile del 12‑O. Asimismo, se espera que la princesa Leonor, al ingresar próximamente en la AGA, reciba entrenamiento en los nuevos PC‑21, tras volar uno de ellos junto a su padre.
Este adiós marca el cierre de un capítulo en la historia aeronáutica española, y el inicio de una evolución prometedora, con renovados medios y un compromiso con la modernidad y la continuidad del legado acrobático.