Ese mismo día, Salvador Illa era investido como nuevo president de la Generalitat, mientras que Carles Puigdemont reaparecía sorpresivamente en Barcelona
El MHP y diputado del Parlament consiguió hacer creer que su vuelta suponía su resignación a entrar en prisión al tiempo que detrás de un escenario de cartón piedra blanco, sin policías al acecho, tenía preparada su escapada