En tiempos de algoritmos y desafíos virales, comer bien se ha convertido en una selva de consejos contradictorios. Ante el caos de los “gurús” de Instagram y TikTok, la nutricionista Pilar Lombardo pone orden y sentido común. “Comer sano no es comer perfecto. Es encontrar equilibrio y libertad”, afirma.
Uno de los mitos más extendidos es que los productos light son sinónimo de salud. Falso. “Reducen grasas o calorías, pero compensan con sal o edulcorantes, afectando la microbiota y el sistema hormonal”, advierte. Y con los carbohidratos pasa algo similar: satanizados por moda, son, en realidad, una fuente esencial de energía. “Eliminar hidratos solo te lleva al ciclo de restricción y atracón”, explica.
¿Comer de noche engorda? “Depende del contexto. Si no tienes problemas metabólicos, comer fruta o pan a la noche no es pecado”, sostiene Lombardo. Tampoco es obligatorio desayunar ni comer cada tres horas. Lo fundamental es escuchar al cuerpo, no al reloj, según una información publicada en El Litoral.
Lombardo insiste en que el problema no es solo físico, sino también mental. Muchos mitos acaban generando una relación tóxica con la nutrición, sobre todo en adolescentes. “Viven con miedo a ciertos alimentos, y cuando los consumen, aparece la culpa, el atracón y la compensación”, lamenta.
La nutrición, dice, no es una cárcel de reglas absolutas. Es una herramienta para vivir mejor. Y eso empieza por saber filtrar lo que uno ve en redes sociales. “Una alimentación saludable no se mide en likes, sino en cómo te sientes contigo mismo”.