Hoy: 22 de noviembre de 2024
El negacionismo implica rechazo, incluso, de la verdad científica. Hoy, esta peligrosa corriente de pensamiento se ha extendido entre los que niegan el cambio climático, que es cosa de cuatro locos ecologistas, deben pensar. La realidad dice otra cosa y las evidencias demuestran con hechos y datos irrefutables, que detrás de los cambios climáticos que se registran en el Planeta está la mano del hombre y la gestión desproporcionada e inadecuada de recursos naturales que está asfixiando y desgastando la Tierra, puede que de manera irreversible.
Lo que ha ocurrido en Valencia no es nuevo. Es verdad, pero estos episodios trágicos ocurrían antes cada 25 o 30 años y en la actualidad se repiten cada cinco y cada vez son más destructivos. El calentamiento global de las aguas (1,5 grados de media) y la progresiva destrucción de las masas polares por emisiones que agotan la capa de ozono no es una invención de locos, pero los hay empeñados en negarlo y el principal precursor de estas tesis acaba de llegar a la Casa Blanca. Malas noticias.
Bakú reúne estos días a los representantes de 200 países para la cumbre sobre el clima (COP29) que tratará la financiación de los Acuerdos de París, pero lo hace sin los principales líderes mundiales, entre ellas y de forma injustificable la de la presidenta europea Ursula von der Leyen, que se une a la lista de clásicos negacionistas como China, Rusia y desde ahora Estados Unidos. Es decir, los que tienen en sus manos la capacidad de hacer algo dan la espalda a la posibilidad de actuar. Malas noticias.
Lo ha dicho el presidente de la ONU, Antonio Guterres, alarmado porque la humanidad está perdiendo esta batalla por la irresponsabilidad de prevaricadores en manos de los intereses económicos de los más poderosos. Hay una pregunta o una afirmación, según se mire, que se plantea muchos en estos foros: ¿qué Planeta le queremos dejar a nuestros hijos? Por lo visto una herencia envenenada.
Se trata de eso, el negacionismo climático lo patrocina el poder económico. ¿Alguien es capaz de negarlo?