Egipto ha sido el escenario de una hazaña inolvidable para la natación artística española. La selección nacional se ha coronado campeona en la modalidad de equipo libre durante la Copa del Mundo, firmando una actuación que no solo fue sobresaliente en lo técnico y artístico, sino que además marcó un antes y un después en la historia del equipo.
El ejercicio, titulado ‘La locura’, conquistó al jurado desde el primer segundo, con una coreografía llena de fuerza, sincronía y emoción, que le valió al combinado español una puntuación de 317.8093 puntos, suficiente para subir a lo más alto del podio, según una información de La Vanguardia.
Pero el verdadero giro histórico estuvo en la figura de Dennis González, quien rompió barreras al convertirse en el primer nadador masculino en formar parte de un ejercicio grupal del equipo español. Un paso valiente, simbólico y necesario que consolida el camino hacia una natación artística más inclusiva, en la que el talento no entiende de géneros.
La presencia de Dennis no fue testimonial. Aportó energía, técnica y personalidad a una rutina que desbordó expresividad y que supo transmitir, con ritmo y dramatismo, la esencia del título: ‘La locura’. La puesta en escena fue tan potente como emocional, y el equipo recibió no solo una gran ovación del público presente, sino también elogios desde la comunidad internacional del deporte.
Este oro no es solo una victoria deportiva, es un triunfo cultural. Una demostración de que los valores del deporte, como el trabajo en equipo, la inclusión y la evolución, pueden convivir con la excelencia competitiva. España no solo gana, también innova.
El hito alcanzado en Egipto se suma al palmarés creciente de la natación artística española, que sigue consolidándose como referencia mundial. Un éxito con sabor a cambio, a futuro, y que seguramente inspirará a nuevas generaciones de nadadores y nadadoras.
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