Hoy: 16 de diciembre de 2024
Perder a un ser querido a través de la muerte es una experiencia que impacta profundamente en las emociones y cambia la perspectiva sobre la vida, señalan expertas en tanatología, la disciplina que estudia el proceso de la muerte y el duelo, según El Diario de Chihuahua.
La psicoterapeuta Vereniz Moguel Robles, directora del Instituto Integral de Tanatología, enfatiza que el duelo, tras la muerte de un ser querido, es un proceso necesario para reconstruir la realidad después de una pérdida. Reconocer las emociones y el dolor es fundamental para transitar este camino y evitar que el sufrimiento quede atrapado o afecte la calidad de vida emocional.
Pedir ayuda cuando el entorno no facilita vivir el duelo de manera consciente es esencial, explica Moguel. Con el respaldo adecuado, es posible aprender a gestionar las emociones, pensamientos y síntomas asociados a la pérdida. Según la especialista, “el dolor es integral y requiere un acompañamiento adecuado”.
Alicia Hinojosa, presidenta de SAK Fundación, coincide en que el apoyo emocional es clave. Aunque los duelos son únicos, encontrar un equilibrio con tiempo, autocuidado y ayuda profesional es posible. “La empatía y la presencia sincera valen más que cualquier frase”, comenta.
El impacto emocional varía según si la pérdida fue esperada o inesperada. Fallecimientos súbitos o trágicos pueden añadir estrés postraumático, mientras que la muerte tras una enfermedad terminal permite una mayor preparación emocional, aunque no menos dolorosa.
Evitar frases que aumenten el dolor. Moguel advierte que algunas frases, aunque bienintencionadas, pueden intensificar el sufrimiento del doliente. Expresiones como “Dios así lo quiso” o “está en un lugar mejor” pueden resultar contraproducentes. Acompañar con silencio, respeto y empatía puede ser más valioso que intentar consolar con palabras inadecuadas.
Construir una cultura de aceptación de la muerte. La tanatóloga Moguel destaca la importancia de normalizar el tema de la muerte para enfrentarla con más conciencia y humanismo. Abrazar la impermanencia puede transformar la manera en que se vive la vida, dándole mayor profundidad y significado.
Rituales más personalizados, una nueva tendencia. Las despedidas están cambiando, alejándose de los tradicionales rituales rígidos. Ceremonias más íntimas o celebraciones de vida permiten honrar al fallecido de maneras que reflejen mejor su esencia, lo que puede ayudar en el proceso de sanación.
El duelo es un proceso único y difícil, pero también puede ser una oportunidad para el crecimiento personal y la reflexión, concluyen las expertas. Con el apoyo adecuado y tiempo, es posible encontrar un nuevo equilibrio emocional.