La segunda noche del XIII Festival Lollapalooza Chile estuvo marcada por el talento femenino, con presentaciones memorables de Alanis Morissette y Mon Laferte, quienes deslumbraron al público con su presencia y voz inconfundible.
Acompañando este protagonismo femenino, Justin Timberlake hizo su esperado debut en el país, encendiendo la energía de los miles de asistentes congregados en el Parque Cerrillos, informa Diario de Yucatán.
Desde las primeras horas de la jornada, el calor extremo fue uno de los desafíos para los fanáticos, quienes recorrieron largas distancias entre escenarios en busca de los mejores shows. A pesar de ello, la pasión por la música mantuvo vivo el espíritu del festival.
El espectáculo de la cantante canadiense fue un regalo para sus seguidores más fieles, aunque no logró impactar con la misma fuerza a quienes acudieron al festival por otros artistas. Además, Morissette generó controversia al restringir el acceso de fotógrafos acreditados, limitando la cobertura de su presentación a imágenes previamente seleccionadas por su equipo.
Por otro lado, Mon Laferte conquistó a su público con un repertorio que abarcó desde rancheras hasta boleros, demostrando su versatilidad y autenticidad en un show lleno de emoción y color. Cada una de sus interpretaciones fue recibida con ovaciones, consolidando su estatus como una de las artistas más queridas de Chile.
La presencia de Timberlake fue otro de los momentos más esperados de la noche. El cantante estadounidense disfrutó cada instante en el escenario y logró conectar con sus seguidores, quienes corearon sus éxitos con entusiasmo.
Nathy Peluso y Babasónicos también encendieron el ambiente con su energía inigualable. Mientras la argentina deslumbró con su potente puesta en escena, la legendaria banda de rock experimental aportó una dosis de rebeldía y fiesta, reafirmando su legado en la música sudamericana.
El festival llegó a su fin con la esperada participación de Tool y Shawn Mendes, mientras que el talento local estuvo representado por Los Tres y Polimá West-Coast, quienes pusieron el broche de oro a esta edición.
Como cada año, Lollapalooza Chile dejó momentos inolvidables, consolidándose como un espacio para la diversidad musical y el encuentro de artistas nacionales e internacionales. Desde su primera edición en 2011, el evento sigue evolucionando, sorprendiendo a su audiencia con cada nueva versión.