“Un hombre afirma que está mintiendo, ¿dice la verdad o miente?” Eubulides. Siglo IV a.C. Mileto. Antiguamente costa griega de Anatolia (hoy provincia de Aydn, Turquía)
La derecha se ha enfadado con Miguel Ángel Rodríguez. ¿Por qué? Porque, el bocazas, como le llaman, ha puesto en evidencia toda la trama montada para defender a Isabel Díaz Ayuso y a su pareja, Alberto González Amador, frente a la acusación de dos delitos fiscales y uno de falsedad en documento mercantil.
Porque lo que hemos llamado el sindicato mediático-judicial en repetidas ocasiones ha visto desnudada su campaña por lo que ya quedará como una nota a pie de página de esta historieta: MAR, cual presidente de facto de la CAM agitó en plaza de Castilla a las masas – decenas de periodistas, cámaras de televisión y cadenas de radio- con su lema de juzgar y condenar Álvaro García y a Pedro Sánchez.
¿Por qué pidió la caída de Sánchez a raíz de este caso? Porque, según explicó, es “el creador de la trama”, y el fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, tiene que ser “condenado de manera ejemplar para que nunca a nadie más se le ocurra dar a conocer un expediente secreto de un español”.
Oiga, que aquí no se investiga la noticia del expediente de delito fiscal de la pareja de Díaz Ayuso; el juez Ángel Hurtado ha cortado el salchichón de los correos filtrados en lonchas y ha escogido una sola: la que, supone el juez, ha filtrado el fiscal General del Estado o algún miembro de la Fiscalía. Un correo en el que se intentaba mostrar que Miguel Ángel Rodríguez manipuló a los medios -que se dejaron- con la noticia de que los fiscales ofrecían un pacto de conformidad sobre los dos delitos a González Amador. Una noticia falsa.
Pero la referencia de MAR a la filtración de “un expediente” es clave. Ya lo hizo la Unidad Central Operativa (UCO) en uno de sus informes sin fundamentar en qué se basaba, habida cuenta de que su encargo era la filtración del correo en el que el abogado de González Amador reconocía dos delitos fiscales. El correo del 2 de febrero de 2024.
Al ver esa información el 12 de marzo en el diario.es
Miguel Ángel Rodríguez, Díaz Ayuso, González Amador y Neira salieron al contraataque con el correo en el cual el fiscal Julián Salto hablaba de la posibilidad de un pacto de conformidad en la línea que proponía Neira en su correo del 2 de febrero. Era la respuesta. No la propuesta como manipuló MAR, y que él o el abogado Neira -tanto monta, monta tanto- difundieron a través del diario El Mundo el miércoles 13 de marzo a las 21:29.
Sí a las 21:29.
La exclusiva reproducía la oferta en cuatro líneas entrecomilladas del fiscal Salto en la que le adjuntaba al letrado copia de la denuncia registrada en el decanato de Madrid el 5 de marzo de 2024 “para que se declare culpable de la comisión de dos delitos fiscales”.
Al día siguiente, 14 de marzo, las 9:42 el mismo diario repetía la noticia con un titular parecido, reformulándola en el interior con la reproducción del correo enviado por el fiscal Salto al abogado de González Amador, y como quien no quiere la cosa, que el 2 de febrero de 2024, “según una nota de la Fiscalía, ya había ofrecido un pacto que partía del reconocimiento de la comisión de dos delitos contra la Hacienda”.
La información lleva la hora de las 09:42 de la mañana. Por tanto, antes de que la nota de prensa ya celebre de la Fiscalía viera la luz, a las 10:30 aproximadamente, el citado diario la daba por emitida. En realidad, eso que recogía salía de otros medios.
¿Es creíble, como declaró MAR, que no supiera al difundir el correo que existía otro anterior, del 2 de febrero, en el que la oferta provenía del abogado de González Amador? Según declaró, también fue él quien puso en contacto al abogado con el diario El Mundo y, por tanto, fue el letrado -atención Colegio de Abogados de Madrid, que ya os suena el nombre de Neira- quien aportó los datos de la noticia falsa del 13 de marzo a las 21:29 (Si no la halláis en la web os la puedo proporcionar).
Al mencionar estos datos he hecho una concesión al detalle que, en el fondo, carece de relevancia.
MAR actuó para defender la honorabilidad del empresario González Amador “pillado por dos facturas y ya está”, y también para apuntalar el estado de negación de Isabel Díaz Ayuso.
Y esa cortina de humo es la que la Sala Segunda, en uno de los actos postreros del presidente, Manuel Marchena, ha dejado por herencia.
Así como MAR acaba de recibir críticas de sus periodistas amigos por dejar con sus soflamas, en evidencia todo el montaje, también hizo enfadar a magistrados de la Sala Segunda cuando anunció que al día siguiente abrirían causa contra Álvaro García. Porque les puso en evidencia. Pero como la decisión ya estaba predeterminada retrasaron el anuncio de la decisión con el argumento de que, si bien se había empezado a examinar el asunto, todavía se necesitaba afinar la resolución.
Durante semanas circularon rumores de que la magistrada ponente, Susana Polo, no estaba de acuerdo con abrir causa contra el FGE por la nota informativa como pedía el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ¡Qué era esto de decirle a la FGE lo que debe o no debe informar! No problem. Se le dio la vuelta a la exposición razonada de TSJM para abrir causa por la filtración del correo. No de los correos (como si el difundido el 14 de marzo hubiese caído como rayo en cielo sereno).
Como razonablemente dijo la exfiscal María José Segarra el 23 de abril en la junta de fiscales de Sala, esas denuncias deberían investigarse en la Audiencia de Madrid, algo que por otra parte, la Sala Segunda había resuelto en múltiples casos. Pero la cúpula de la Sala Segunda no iba a dejar de decir ¡Eureka, Susana! Investiguemos el correo.
P’alante, pues. MAR y sus defendidos han ocultado la verdad hasta el miércoles 8 de enero. Y siguen haciendo para embarullarla a estas horas.
Autos sin motivar o con motivación insustancial, registros desproporcionados de la FGE y de la Fiscalía Provincial de Madrid perfilan un caso por los que actúan como si se tratara de salvar a la soldado Diaz Ayuso, cuando quien tendrá que comparecer ante la jueza de Madrid para afirmar que da su acuerdo al pacto de conformidad es Alberto González Amador, quien por la torpeza de unos y de la habilidad de su propio letrado ha conseguido aplaza en tres ocasiones ese momento.
Hurtado seguirá adelante, eso es seguro. Es su plan. ¿Nadie en la Sala Segunda del Supremo, ahora que Marchena ya no es presidente, va a mover un dedo para evitar la gangrena?
Andrés Martínez Arrieta tiene la oportunidad.