Dormir poco puede costar caro, sobre todo a partir de cierta edad. Un estudio realizado por científicos del Brigham and Women’s Hospital en Estados Unidos ha revelado que los adultos mayores que duermen cinco horas o menos por noche presentan el doble de probabilidades de desarrollar demencia y un aumento significativo en el riesgo de muerte por cualquier causa.
Los investigadores analizaron las respuestas de miles de participantes de edad avanzada, con una media de 76 años, que informaron sobre sus hábitos de sueño y fueron seguidos durante al menos cinco años. Las dificultades para conciliar el sueño, el mal descanso nocturno y la somnolencia diurna recurrente se asociaron con un mayor deterioro cognitivo a lo largo del tiempo.
El hallazgo más preocupante: los mayores que duermen poco no solo están más expuestos a problemas de memoria y demencia, sino que también tienen más riesgo de fallecer prematuramente. Dormir mal deja al cerebro sin el «mantenimiento» que necesita, favoreciendo procesos inflamatorios y acumulaciones tóxicas como la proteína beta amiloide, vinculada al alzhéimer.
Otra investigación reciente, publicada en Stroke, señala que las hemorragias intracraneales también duplican la probabilidad de desarrollar demencia a largo plazo. Estas lesiones cerebrales, muchas veces silenciosas, afectan la salud cognitiva a medio y largo plazo. Los expertos piden más estudios y mejores protocolos de seguimiento para personas que han sufrido estos episodios.