Hoy: 23 de noviembre de 2024
En España, dos estudiantes por clase reconocen sufrir bullying, lo que significa que casi 220.000 adolescentes entre 4º de Primaria y 4º de Secundaria manifiesta haber sufrido acoso escolar en los últimos dos meses; y más de 44.000 declara haber intentado quitarse la vida alguna vez.
Así lo refleja el ‘I Estudio sobre el acoso escolar y el ciberacoso en España en la infancia y la adolescencia‘, elaborado por la Fundación ColaCao y la Universidad Complutense de Madrid.
La investigación también apunta que el 2,1% de los encuestados se reconocen como acosadores, lo que refleja que en España hay más de 74.000 acosadores.
El informe también advierte de que la relación del bullying y el suicidio es “muy alarmante”. En el caso del acoso escolar, el 20,4% de las víctimas y el 16,8% de los acosadores declaran haber intentado quitarse la vida alguna vez. En el caso del ciberacoso, este dato es del 21,1% de las víctimas y del 24,9% de los acosadores.
En Educación Primaria, se reconocen como víctimas el 7,6% de los alumnos, sin diferencias significativas entre chicas (7,5%) y chicos (7,7%). En Educación Secundaria, disminuye hasta el 5,3%, con un porcentaje significativamente más elevado entre las chicas (5,8%) que entre los chicos (4,7%).
A medida que avanzan los cursos y, por lo tanto la edad, también cae el número de estudiantes que reconocen ser víctimas de acoso escolar. En Secundaria hay más chicas víctimas de acoso escolar que chicos (5,8 contra 4,8%).
En cuanto a las cifras de acosadores, el porcentaje de chicos que se reconoce como acosador (2,6%) es bastante más elevado que el de las chicas (1,4%). Por etapas, son un 2,4% frente a un 1,4% en Primaria y un 2,7% contra un 1,4% en Secundaria.
El informe revela que casi la mitad de las víctimas de bullying, 46,4% de los encuestados, reconoce haber sufrido alguna situación de maltrato digital. Esta situación la sufren más las chicas (12,7%) que los chicos (8,7%).
Al preguntar a las víctimas por qué creen que son víctimas de acoso, el 52,9% afirma que su aspecto físico es el motivo principal. Dentro de este porcentaje, el 26,6 relaciona dicha situación con ser más gordo. El siguiente motivo, con un 44,2%, es el de desafiar los estereotipos sexistas; el tercero es ‘porque envidia’ (42,2%); y el último se refiere a situaciones de indefensión y aislamiento (41,1%), poniendo este último de manifiesto la importancia de las amistades para detener el acoso.
Las agresiones más frecuentes que declaran las víctimas son de tipo verbal y relacional, como llamar por motes o burlarse, contar mentiras para que los demás le rechacen, hablar mal de su aspecto físico para hacerle sentir mal e ignorar a propósito excluyendo del grupo.
La investigación ha analizado los lugares donde se producen estas situaciones de acoso escolar, poniendo de relieve que más de la mitad del bullying se lleva a cabo en el patio (57,8%).
En Educación Secundaria, la orientación sexual y de género influye significativamente en el riesgo de sufrir acoso escolar. Y es que alrededor del 10,7% de los estudiantes que pertenecen a la comunidad LGTBIQ se declaran víctimas de bullying.
El estudio identifica que las chicas son más propensas a ser víctimas de agresiones relacionales y sobre su aspecto físico.
Esta divergencia se refleja en cifras como que el 8,1% de las chicas han sido ignoradas o excluidas, en comparación con el 5,7% de los chicos.
A partir de las respuestas de las víctimas, se evidenciar que las agresiones sufridas han sido realizadas mayoritariamente en grupo.
La mayor parte de las agresiones se llevan a cabo por estudiantes del mismo curso que la víctima (68,9%), aunque en un 20,7% de casos lo realizan estudiantes de un curso más alto y en un 9,3% de un curso más bajo.
El acoso escolar suele suceder delante de otros estudiantes, cuyas reacciones pueden influir decisivamente en su desarrollo.
El estudio ha indagado sobre la postura de los estudiantes ante situaciones de acoso y se ha observado que el 41,9% intenta intervenir a pesar de que su relación con la víctima sea nula, el 25% solo si la víctima es su amigo/a y el 15% cree que debería actuar, pero no lo hace.
El informe evidencia que una de cada tres víctimas no cuenta a nadie haber sufrido dicha agresión. Los dos motivos principales que aducen son el miedo y no preocupar a sus familiares. En aquellos casos en que sí se lo han comunicado a alguien las principales figuras a las que recurren son la madre (77,6%), las amistades (72,7%), el padre (63%) y los profesores (52,4%).
Los datos muestran que los centros educativos avanzan en la sensibilización en la temática e imparten formaciones de prevención. Casi el 80% de los estudiantes recuerda haber trabajado en su centro la prevención del acoso y qué hacer para detenerlo.