Todos conocemos la procedencia de dar la mano como saludo, mostrando así que no se lleva arma escondida bajo la capa, aunque ya son otros los sables que pueden esconderse y se guardan, además, de diferente manera. También, en las formas de dar la mano, en sus aprietos o melifluidades puede deducirse la personalidad del que saluda. Buen invento es ese de estrechar las manos y trasmitir la energía o el desencanto que se ofrece o se recibe.
Sin embargo, cuando se ven en TV esa largas colas de saludos oficiales o en funerales de famosos, duele en manos propias el rozamiento de las ajenas.
Hace mucho tiempo que en Veraluz resolvieron el tema de los pésames: se presentan respetos a los dolientes con una inclinación de cabeza y una frase breve:
-Hay que joderse…
Porque en realidad los muertos dejan un jodimiento de ausencias que el pueblo interpreta debidamente. Lejos allí de molestar con seriedades ficticias o llantos de plañidera. En Veraluz son muy mirados para eso.