Macías, cómo pleitear en el Tribunal Supremo tras nombrar a sus jueces

5 de noviembre de 2022
6 minutos de lectura
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José María Macías, vocal del Consejo General del Poder Jidicial (CGPJ). I Fuente: Carlos Berbell / Confilegal

El vocal del CGPJ, socio del bufete Cuatrecasas, coordina el “Grupo Casación” que lleva adelante los recursos de casación ante el alto tribunal

El vocal del CGPJ, socio del bufete Cuatrecasas, coordina el “Grupo Casación” que lleva adelante los recursos de casación ante el alto tribunal y es amigo personal de Pablo Llarena, que ahora vuelve a sonar para ser nombrado en el Tribunal Constitucional.

José María Macías, magistrado en excedencia desde 2005, socio del bufete Cuatrecasas, y vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) desde enero 2015, dirige, desde 2021, el llamado “Grupo Casación” de dicho despacho de abogados, que se especializa en presentar recursos ante el Tribunal Supremo. Macías es uno de los tres vocales que negocia por el grupo conservador, junto con José Luis Ballestero y Carmen Llombart, y el sector progresista del Poder Judicial, representado por Álvaro Cuesta y Roser Bach, el nombramiento de dos magistrados para ocupar las plazas de los magistrados con mandato caducado desde el pasado 12 de junio en el Tribunal Constitucional Santiago Martínez-Vares y Juan Antonio Xiol.

En los últimos días, un magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, amigo personal de Macías, y famoso como juez instructor de la causa del procés y cazador, todavía frustrado, de líderes independentistas que se fugaron de España a Bélgica, Reino Unido y Suiza, para eludir su enjuiciamiento, ha sonado para ser uno de los candidatos del sector conservador al Tribunal Constitucional. Esta posibilidad, en calidad de versión, sigue al menos a tres oportunidades en el último mes y medio en el que Llarena rechazó públicamente dicha “oferta” en contactos con vocales conservadores del CGPJ. Ese rechazo, junto al de otros colegas suyos como Manuel Marchena y Antonio del Moral, fue esgrimido como pretexto por el sector conservador para bloquear el nombramiento de los dos magistrados que corresponde a nombrar al CGPJ en el TC.

Ahora que el líder del Partido Popular Alberto Nuñez Feijóo ha decidido romper las negociaciones sine die -hasta lo que dure la legislatura- para renovar el CGPJ, el sector conservador parece detectar un cambio de actitud en algunos candidatos que antes declinaron la candidatura a ser miembros del TC. Uno de ellos, según versiones insistentes, sería Llarena. ¿Qué ha pasado? Como ya informáramos, Llarena ha explicado de forma privada que no era su intención desvalorizar el TC al rechazar las ofertas.

“No quería perjudicar la candidatura de su esposa, la magistrada excedente Gema Espinosa, para ser vocal del nuevo CGPJ. Espinosa, directora de la Escuela Judicial Española, con sede en Vallvidriera, Barcelona, renunció a su puesto y consiguió en julio de 2018 los avales para ser vocal. El PP estaba dispuesto a votarla. Pero la renovación de noviembre de 2018 se frustró y ahora también la de 2022”, ha señalado una fuente judicial a El Periódico de Catalunya.

Un magistrado consultado sobre la “renovada” candidatura de Llarena señala: “Llarena ha sido presidente de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), una institución mayoritaria de jueces conservadores que ha premiado a sus presidentes, vía CGPJ, con la plaza de magistrado del TC. Ocurrió con José Gabaldón en 1992-1998, con Ramón Rodríguez Arribas en 2004-2013 y Santiago Martínez-Vares, que ya estaba jubilado, en 2013-12 de junio de 2022. Su nombramiento, pues, seguiría esa tradición”.

Llarena, precisamente, sustituyó a Martínez-Vares como presidente de la APM y fue nombrado magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo en enero de 2016.

Macías, que mantiene una larga amistad con Llarena y su esposa, entró en el CGPJ, como se ha apuntado, en 2015. Y como vocal ha participado en la elección de numerosos jueces, entre ellos miembros de todas las salas del Tribunal Supremo, por parte del Pleno del CGPJ. Y a partir de 2021, como socio de Cuatrecasas, uno de los más poderosos de España, pasó a coordinar, según se has apuntado, el departamento “Grupo de Casación”, especializado en la presentación de recursos de casación ante el Tribunal Supremo, un recurso extraordinario cuyo objeto es anular una sentencia judicial de un tribunal inferior que interpreta o aplica incorrectamente la ley.

¿Como se incorporó Macías, que fue director de asuntos contenciosos-su especialidad- de la Generalitat de Catalunya con el president Jordi Pujol (2002 y 2003), al CGPJ? A través de una carambola “inducida”.

Uno de los vocales de la Comisión Permanente del CGPJ era la abogada Mercè Pigem, exdiputada en el Congreso de los Diputados por Convergencia Democrática de Cataluña. El 11 de noviembre de 2014, Pigem acude a la reunión de dicho órgano. Tan solo dos días antes, se había celebrado en Catalunya la consulta del 9-N, con las preguntas “¿Quiere que Cataluña sea un Estado?” y “En caso afirmativo, ¿quiere que este Estado sea independiente?”.

– ¿Qué ha pasado el domingo, Mercè? ¿Cómo ha ido?– preguntó el presidente del CGPJ, Carlos Lesmes. Pigem, de 60 años, contestó en clave de humor.

–Bueno, yo vivo en La Bonanova y todos son pijos. El domingo vamos a misa y después nos pasamos a votar en la consulta.

Pigem, pues, fue una de los 2.305.290 votantes en el “acto de participación ciudadana”. Lesmes reganó duramente con voz elevada Pigem, que aguantó estoica.

Tres semanas más tarde, Lesmes ejecutó su vendetta con la ayuda, según fuentes judiciales, del Ministerio del Interior a cargo de Jorge Fernández Díaz.

Pigem acompañaba a su hermana en un viaje a Andorra para hacer compras para las Navidades. Pigem llevaba encima 9.500 euros. En un control de las fuerzas de seguridad del Estado, le encontraron el dinero y, al comprobar su nombre, una integrante de la Guardia Civil decidió abrir un expediente. La noticia se filtró. El 28 de noviembre de 2014, Lesmes llamó por teléfono a Pigem y le arrancó la renuncia al CGPJ. Lesmes no tenía ninguna autoridad para ello. Los miembros de la Comisión Permanente son designados por el Pleno del CGPJ y deben responder ante el mismo. El caso del dinero en metálico de Pigem se archivó sin sanción administrativa.

La ‘operación Pigem’ fue muy provechosa para Lesmes y para el PP. Lesmes consiguió deshacerse del primer candidato suplente de Pigem Antonio María Álvarez-Buylla, decano del Colegio de Procuradores de Madrid, para dar entrada al segundo suplente. Cómo no: José María Macías.

Macías se convertiría rápidamente en la mano derecha intelectual de Lesmes y, sobre todo, formó con él y con el magistrado Pablo Llarena una troika durante la instrucción de la causa del procés en el Supremo. La cuarta pata era el magistrado Juan Antonio Ramírez Sunyer, titular del juzgado de instrucción número 13 de Barcelona. Macías y Ramírez Sunyer se habían conocido en la Escuela Judicial Española, en 1990. A raíz de una denuncia del abogado Miguel Durán, el exdirector de la ONCE, Sunyer se había convertido en el caballo de Troya del procés con la ayuda del teniente coronel de la Guardia Civil Daniel Baena, a cargo de la policía judicial, desde febrero de 2017.

Ramírez Sunyer estaba muy enfermo, a punto de morir, en noviembre de 2018. Macías aconsejó a Lesmes enviarle una carta de agradecimiento por los servicios prestados en la instrucción del procés. El borrador lo elaboró el propio Macías, quien ya preparaba el obituario de su amigo. En la carta, enviada el 2 de noviembre de 2018, Lesmes lo felicita por las “dimensiones heroicas” que adquirió la labor del juez en el contexto “hostil” del 1-10-2017, y muestra su respeto a “la persona que es capaz de perseguir tan tenazmente aquello en lo que cree, lo que constituye su ilusión y su meta: el servicio a la Justicia y al Estado, a España, y el cumplimiento del deber que ese servicio entraña”. Lesmes finalizaba agradeciéndole a Ramírez Sunyer “defender el Estado de Derecho y la Justicia sin vacilaciones ni miedos en tiempos tan convulsos”, y añadía: “Siempre serás un referente para mí y para todos los compañeros de profesión”.

A su vez, Macías reveló en su obituario de fecha 4 de noviembre de 2018 la verdadera importancia de la instrucción de su amigo fallecido. “Su trabajo como juez, siempre impecable, se hizo noticiable cuando asumió la investigación inicial de los hechos que desembocaron en los sucesos del 20 de septiembre de 2017 en la Consejería de Economía de la Generalitat. Posteriormente, su investigación constituyó en buena medida la base de la que, a su vez, ha llevado a cabo el Juez Llarena por los acontecimientos del 1 de octubre de ese año”.

Macías rompió con Lesmes a raíz de la insistencia del ahora dimitido presidente del Supremo y CGPJ, Lesmes, en la necesidad de que dicho órgano cumpla la ley orgánica de 20 de julio de 2022 y nombre a los dos candidatos al TC que le corresponde.

Nada más crearse el “Grupo de Casación” en el bufete Cuatrecasas, Macías declaró: “Esta es una apuesta segura de la firma. El equipo que hemos conformado reúne experiencia profesional probada y conoce bien el terreno que pisamos. Podemos dar el mejor de los servicios a nuestros clientes. Al fin y al cabo, en eso consiste el ejercicio de la abogacía, ¿no?”

Macías sabe, en efecto, el terreno que pisa en el Tribunal Supremo.

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