Una investigación realizada en Reino Unido sugiere que los vapers serían igual o incluso más perjudiciales para la salud que los cigarrillos electrónicos y aumentarían el riesgo de enfermedades cardiovasculares y demencia, según ha recogido Nofumadores.org en un comunicado en el que señala que esto «desafía la narrativa impulsada por la industria del vapeo» de que estos productos representan una alternativa de «daño reducido».
El estudio, liderado por Maxime Boidin en el Hospital Metropolitano de Manchester, revela que tanto el vapeo como el tabaco provocan un daño similar a las paredes arteriales, lo que puede derivar en enfermedades cardiovasculares. Además, apunta que el vapeo afecta el flujo sanguíneo de manera similar al cigarrillo convencional, lo que podría aumentar el riesgo de deterioro cognitivo y demencia a largo plazo.
Según Boidin, estos efectos negativos del vapeo podrían estar relacionados con la inflamación provocada por la nicotina, combinada con la presencia de metales y químicos en los líquidos utilizados en los cigarrillos electrónicos.
Para esta investigación, se analizó a participantes de entre 18 y 45 años con niveles de condición física similares. A todos ellos se les sometió a pruebas de esfuerzo para medir la elasticidad de sus vasos sanguíneos y el flujo de sangre hacia el cerebro.
Boidin ha explicado que parte del problema radica en la naturaleza compulsiva y continua del vapeo. A diferencia del cigarrillo convencional, que requiere pausas para encender cada pitillo, los cigarrillos electrónicos permiten una inhalación constante de nicotina y otras sustancias dañinas sin interrupción, lo que facilita un consumo compulsivo y descontrolado.
Nofumadores ha recordado las conclusiones de otro estudio reciente realizado en la Universidad de Ohio State (Estados Unidos), que aseguraba que los fumadores duales, es decir, los que combinan el consumo de cigarrillos con el de vapers, tienen hasta 40 veces más probabilidades de desarrollar cáncer de pulmón respecto a una persona que no fuma.