Donald Trump y su regreso a la Casa Blanca marcan el inicio de una era que promete redefinir las políticas internas y la posición de Estados Unidos en el mundo. Tras obtener la victoria en las elecciones del 5 de noviembre de 2024 con más de dos millones de votos de ventaja, Trump asegura un segundo mandato con una agenda ambiciosa y controvertida, diseñada para consolidar el poder ejecutivo y reestructurar el panorama político.
En el ámbito nacional, Trump busca fortalecer su control sobre las instituciones, con propuestas como la reinstauración de la orden ejecutiva Schedule F, que eliminaría protecciones laborales en la burocracia federal para reemplazar a funcionarios civiles con aliados políticos. En materia migratoria, planea ejecutar el programa de deportaciones más grande en la historia del país, utilizando poderes de emergencia y militares, lo que podría intensificar las tensiones humanitarias en la frontera y afectar el mercado laboral.
A nivel internacional, la postura de Trump incluye una posible retirada del Acuerdo de París y una política de aranceles altos que podría desencadenar guerras comerciales y recesiones económicas. Su enfoque hacia Ucrania, basado en la promesa de resolver el conflicto en 24 horas mediante un acuerdo favorable a Rusia, genera preocupación sobre la estabilidad democrática global y los principios del derecho internacional.
El segundo mandato de Trump enfrenta críticas por su potencial de alterar las normas democráticas y las relaciones globales, consolidándose como un momento clave en la historia contemporánea de Estados Unidos, según informa El Espectador.