El sindicato de autobuses arrancó este lunes su huelga general de conductores

El organismo asegura que el manejo de un vehículo no solo implica cuidar la propia seguridad, sino también la de los demás

Las primeras 24 horas de huelga general en el transporte de viajeros por carretera han comenzado este lunes, en una jornada que anticipa un calendario de movilizaciones que incluirá cinco nuevas jornadas de parones entre noviembre y diciembre. Esta acción refleja la creciente tensión entre los conductores y la patronal, con un firme compromiso por parte de los sindicatos de seguir luchando por sus derechos.

Las demandas tras la huelga

Los conductores de autobuses han iniciado su movilización con un objetivo claro: renegociar con la patronal la posibilidad de adelantar la edad de jubilación a los 60 años. Esta medida es considerada esencial para que la Seguridad Social pueda evaluar el caso de manera formal. Sin embargo, hasta ahora no se ha logrado un consenso entre las partes implicadas.

La reivindicación se fundamenta en la necesidad de mitigar riesgos laborales. CCOO resalta que “la edad afecta significativamente a las capacidades motoras, sensoriales y cognitivas de los conductores profesionales”, según informa El Periódico de Aragón.

Esta situación no es solo teórica; refleja un fenómeno observado en el sector, donde muchos trabajadores se ven obligados a anticipar su jubilación debido a problemas de salud, lo que resulta en pensiones más bajas.

Peligrosidad y jubilación tardía

En los meses previos a la huelga, CCOO ha advertido que de los 159 trabajadores que han perdido la vida en accidentes laborales en el transporte por carretera este año, “el 70% tenía más de 55 años”. Este dato subraya la gravedad del problema, con el sindicato señalando que “la fatiga puede ser letal” y que “la edad incrementa la vulnerabilidad ante dicha fatiga”.

El sindicato sostiene que establecer una edad de jubilación general de 67 años presenta un “doble riesgo” para los conductores. Esto se debe a que el manejo de un vehículo no solo implica cuidar la propia seguridad, sino también la de los demás. “Aumenta el riesgo personal y colectivo, afectando la seguridad en las vías y la protección de los pasajeros en el transporte urbano e interurbano”, concluyen.