Siempre hay alguien que mide los litros de agua caída por metro cuadrado, sin evaluar las actitudes y las consecuencias de los empapados por esa agua, copiosa en media hora. Así estaba Madrid el 12 de octubre: algunos cuerpos militares, más que desfilar, navegaban entre charcos que les llegaban a las rodillas… Los cielos abiertos suponen la mejor bendición para un pueblo que pasa largas temporadas con la lengua afuera.
A causa del temporal se redujo algo la otra lluvia de abucheos que suelen inundar al presidente del Gobierno cada vez que sale a la calle. Desde Cataluña, donde se debe sentir como en casa; incluso en las Vascongadas, con un caserío disponible para el agasajo, hasta Extremadura, Andalucía, Asturias, Castilla-La Mancha… todos le maltratan con vocabulario soez que, aunque a muchos pueda parecer justo, no siempre es oportuno.
Estamos seguros de que no es de carne, sino de mármol, el rostro del presidente. Espero que no sea de Carrara también el alma y un día, no muy lejano, se nos desplome por los agravios y decida poner fin a su mandato. ¡Lo echaremos de menos!
pedrouve