Hoy: 22 de noviembre de 2024
Si se revisa los cuatro sumarios destacados del resumen de prensa enviado por el Tribunal Supremo a los medios ayer miércoles7 de septiembre destaca la ausencia de lo que es el llamamiento más angustioso del discurso del presidente Carlos Lesmes frente a frente, a pocos metros, del presidente del Partido Popular Alberto Nuñez Feijóo.
Sí, está recogido, aunque solo parcialmente, en el párrafo diecinueve del resumen.
Pero por la presencia de Núñez Feijóo en el acto merecía ser destacarlo.
He aquí lo que dijo el presidente del TS y Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cuyo mandato caducó el 4 de diciembre de 2018, es decir, hace 3 años y casi nueve meses:
“Aunque es evidente que todos estos llamamientos no han surtido efecto alguno, con la grave consecuencia de que la paralización del Consejo se está trasladando a todo el sistema judicial, muy necesitado de impulso y reforma, hoy vuelvo a reiterarlo: la renovación del Consejo debe acometerse con urgencia y de conformidad con la legislación vigente, sin que se pueda supeditar por ninguna fuerza política a sucesivas condiciones que impiden el cumplimiento del claro mandato constitucional del plazo, que no admite interpretaciones”
Esto es lo novedoso.
Aunque inmediatamente después del discurso la mayoría de los medios de comunicación titularon con la idea transmitida por el TS, a saber, la necesidad de que Pedro Sánchez y Feijóo se reúnan y renueven el CGPJ en las próximas semanas, lo que ha distinguido el discurso de este miércoles 7 de septiembre no ha sido precisamente dicha exhortación, ya frecuente en los discursos desde el fracaso del pacto de nombramiento de Manuel Marchena, en noviembre de 2018, sino la manera en que Lesmes se refirió al PP.
Ha sido, en efecto, la alusión directa, a la cara de Feijóo, sentado a pocos metros de Lesmes, en el sentido de que ya no se pueden poner más excusas, o para decirlo en palabras de Lesmes: hay que renovar con “la legislación vigente” sin que sea aceptable plantear “sucesivas condiciones que impiden el cumplimiento del mandato constitucional del plazo”
Y solo después vendrán las reformas del sistema.
Será, añadió Lesmes, “una vez cumplido ese deber de renovación que impone nuestra norma fundamental, y solo entonces, será hora sin duda de abordar otros debates, como el que afecta a la forma de designación de los miembros del órgano de gobierno de los jueces”.
Y recordó que “el modelo de elección exclusivamente parlamentaria de los vocales del Consejo General del Poder Judicial, sin participación determinante de los propios jueces, tiene casi cuarenta años de existencia en nuestro país. En la mayor parte de las ocasiones la renovación de la institución se ha hecho en el plazo marcado por la Constitución y algunos Consejos, como el que yo me digno en presidir, obtuvieron además amplísimos respaldos parlamentarios, próximo en nuestro caso al noventa por ciento de los diputados y senadores”.
Es claro su mensaje a Feijóo: renueve usted ya y deje su programa para después.
Reforma sí, pero después de cumplir con la renovación.
“Hoy, sin embargo, hay que admitir que este modelo se ha instalado en una crisis de difícil salida por la permanente falta de entendimiento de los grupos políticos mayoritarios y por no corresponderse además con los estándares europeos en materia de consejos judiciales”, apuntó.
Lesmes, que habló de su posible dimisión si en las próximas semanas no se llega a un acuerdo, intentó, en lo que es su perfil habitual, “equilibrar” la exhortación a los políticos con un ataque a la llamada “desjudicialización” de la política, aunque sin hacer referencia directa a la mesa del diálogo entre el Gobierno y el Govern de la Generalitat.
Y reivindicó la actuación de los jueces sin citarles -su admirado juez de instrucción Juan Antonio Ramírez Sunyer, que se hizo cargo en Barcelona de una parte del procés; Pablo Llarena, instructor del Supremo; el tribunal presidido por Manuel Marchena, ponente de la sentencia del 19 de octubre de 2019; y Carmen Lamela, instructora en la Audiencia Nacional en la causa contra Jordi Sánchez, Jordi Cuixart, el mayor Josep Lluís Trapero y otros altos cargos- y advirtió contra los políticos que presuntamente quieren huir de la ley.
Cantó Lesmes una victoria preliminar sobre el bloqueo de la euroorden para obtener la entrega de Carles Puigdemont en Bélgica, pendiente de decisión por parte de la justicia europea, y citó al secretario general de la ONU, el portugués António Guterres, quizá para restar peso a la resolución del Comité de Derechos Humanos de la ONU, que ha criticado con dureza a la justicia española recientemente por la suspensión cautelar (aplicación del artículo 384 bis de la ley de Enjuiciamiento Criminal) a los investigados “rebeldes” -sin sentencia firme- aplicada a los diputados independentistas.
Con todo, la batalla inmediata en el terreno judicial no es la renovación del CGPJ porque Feijóo se opone a ello y exige que se negocie su programa (“sucesivas condiciones”). Antes, este mismo jueves, día 8 de septiembre, el Pleno, citado por Lesmes el pasado mes de julio, deberá abordar la designación de dos sustitutos para los magistrados del TC Santiago Martínez-Vares y Juan Antonio Xiol (actual vicepresidente) que le corresponde hacer al CGPJ.
El Pleno fue convocado para resolver esos nombramientos antes de que venza el ultimátum del gobierno de Pedro Sánchez en el que anunció que el martes próximo, día 13 de septiembre, nombrará a los dos magistrados que sustituirán a Pedro González-Trevijano (actual presidente) y Antonio Narváez, nombrados por Mariano Rajoy, con mandato vencido también desde el pasado 12 de junio.
En el Pleno de este jueves 8, que podría desarrollarse en más de una sesión, Lesmes propondrá, en línea con su discurso de apertura del año de tribunales, hacer esos nombramientos.
Pero el bloque conservador está dividido entre los vocales más ultras, que se oponen a hacerlos -algunos de ellos ya votaron en contra de dar el plácet al nuevo fiscal General del Estado, Álvaro García-, y los más moderados.
“El pacto alcanzado el pasado martes por la noche, 6 de septiembre, entre las dos facciones, es un pacto descafeinado. Los ultras han admitido que habrá nombramientos y lo moderados han asumido que estos no se harán antes del 13 de septiembre. En el fondo, aparte de saltarse el ultimátum del gobierno también están llevando adelante un pulso a Lesmes”, comentó un magistrado a El Periódico de Catalunya, en referencia a la cena que celebraron dichos vocales el pasado martes.
Otras fuentes señalan que el Gobierno ya cuenta con la hipótesis de que la fecha del 13 de septiembre, si hay progresos en el CGPJ para hacer los dos nombramientos, no es definitiva.
“Da la impresión de que si la señal del CGPJ es positiva, los cuatro nombramientos podrían aplazarse hasta finales de septiembre”, señaló un vocal del CGPJ a este periódico.
“Los más ultras podrán recomponer la cara saltándose el plazo del gobierno y restando autoridad a Lesmes, que quería respetarlo. Es una batallita. Es lo que hay”, dijo la fuente.
En resumen: el mensaje de Lesmes en el acto de apertura de tribunales de este miércoles 7 de septiembre podrá ser presentado como una exhortación a los dos partidos, PP y PSOE, a que dependan sus diferencias, pero sobre todo su dardo se ha dirigido a Feijóo.
Déjese de poner “condiciones sucesivas” porque la renovación debe hacerse ya con la ley vigente.