En tertulia de buenos amigos, Carmen apareció sin esperarlo con una caja metálica de carne de membrillo La Góndola, de Puente Genil, llena de viejas fotografías. Carmen deseaba encontrar entre ellas alguna donde apareciésemos, jóvenes y juntos, los allí reunidos.
Al fin, la anfitriona descubrió una foto en la que sonreíamos los cinco sin motivo o puede que por alguna ocurrencia improvisada. Encaramados a una fuente de Córdoba, con naranjos alrededor, la nueva visión de la foto olvidada, hizo que Luis se decantara por la conveniencia de ir quemando todos esos recuerdos ya que, las posteriores generaciones, si las vieran algún día, pensarán que tienen ante sus ojos una desconocida colección de olvidos…
Yo me resistí porque en esa caja hubo en un tiempo la idéntica dulzura que supuso habernos juntado los mismos que allí estábamos festejando.
pedrouve
Las viejas, antiguas fotos, siempre son únicas e irrepetibles. No todos los que aparecen en ellas están. Llenas de nostalgia y ausencias a veces cuesta volver a mirarlas.
Esos olvidos, si solo fueran en viejas fotografias, sería lógico…
Hoy esas perdidas de recuerdos, en muchos solitarios hogares, son con seres que
no han desaparecido aún, y que sin hipocresía, son ,una molestia para algunos de sus allegados.
Es muy triste ser participe de estos nuevos tiempos, sin que te recorra por el cuerpo un escalofrío. A quien corresponda o mejor a quien se dé por aludido.
Muchos padecen el frío terrible de la desafección.