Las personas no son un virus, el racismo y la xenofobia sí lo es

12 de diciembre de 2023
4 minutos de lectura
El racismo y xenofobia experimentado por las personas asiáticas, especialmente tras la pandemia de la covid-19, es un tema preocupante.
Montaje de personas protestando contra el racismo. | FI

¿No es mejor cooperar y tratar la pandemia como una emergencia de salud internacional, en vez de culpar a toda una población?

LUNA DEL ALBA ANILLO PÉREZ

El racismo y xenofobia experimentado por las personas asiáticas, especialmente tras la pandemia de la covid-19, es un tema preocupante. Para ello, es necesario concienciarse de que este racismo no es un suceso nuevo, sino que la pandemia ha reflejado esta preexistente discriminación en la sociedad.

Para empezar, se expondrán algunos comentarios discriminatorios difundidos a través de las redes sociales y los medios de comunicación:

– “No comer en restaurantes chinos. Asco. Ratas, murciélagos, perros y gatos. Buen apetito” (Tweet de @j_o_e_d_o_r, 23 de abril de 2020). Esta expresión indica que la comida china es de mala calidad (Wu, 2021).

– “Las mascarillas de la China no sirven, se rompen fácil. No digo yo bajar, es que muy raro algo que venga de China que sirva” (Alfredo Calvo, Comentario de Facebook, 8 de julio de 2020). Esto expresa que es inusual encontrar algún producto de China que sea de buena calidad (Wu, 2021).

– “No solo tiraron el virus, también crearon una vacuna para despistar al mundo, que NO SIRVE, sino para MATAR MÁS. Son unos DEMONIOS, que desean limpiar el mundo y apoderarse del mundo entero” (Manuel Hinestroza, comentario de Facebook, 16 de octubre de 2020). Esto representa claramente estereotipos de connotación racista (Wu, 2021). 6/12/23, 22:48

Es evidente que todo ello se ve muy influenciado por el desconocimiento y la manipulación de los medios de comunicación, ya que contribuyen a esa homogeneización y deshumanización como si las personas fuesen una masa uniforme, en vez de personas independientes. Realmente, estas noticias se centran en el lenguaje estigmatizado a la hora de describir el virus, en vez de usar mensajes objetivos, para catalogar a todas las personas asiáticas como culpables y portadores del virus, lo cual puede desembocar en la discriminación y exclusión social (Martínez, 2022).

¿No es mejor cooperar y tratar la pandemia como una emergencia de salud internacional, en vez de culpar a toda una población? No se puede permitir que un recurso que influye sobre tantas personas, difunda sin límites este tipo de mensajes.

También, podemos observar actitudes discriminatorias en la revista alemana ‘Der Spiegel’ en el número ‘Hecho en China, cuando la globalización se convierte en un peligro límite’, y el periódico francés ‘Le Courier Picard’ en su portada ‘Alerte jeune’ (alerta amarilla) Aristizábal, 2020. En Italia, un establecimiento colgó un cartel completamente injustificado que prohíbe la entrada a personas de China “por medidas internacionales de seguridad” (Hernández & Lorenzo, 2020).

Esta representación social de las personas asiáticas responde a una historia única, es decir, un relato común que se ha construido y aceptado socialmente, pero la realidad es que no toda la comunidad asiática tiene el virus por el simple hecho de ser asiática (Aristizábal 2020). En este sentido, las personas asiáticas han sufrido tanto discriminación directa: acoso, prohibición de entrada a comercios (Hernández & Lorenzo, 2020) o comentarios como “vete a tu país”, “malditas inmigrantes” (Human Rights Watch, 2020); como discriminación indirecta: apartarse si te escuchan toser, “miradas raras” por las calles o no ir a comercios regentados por chinos (Suárez & Tardivo, 2023).

Un ejemplo de esta discriminación se puede apreciar en Huelva, donde a cinco estudiantes chinos se les prohibió la entrada a un bar argumentando que eran menores de edad, a pesar de que acreditaron tener 23 años (Munera, 2020). Otro caso es el de L., una persona asiática de 16 años, que cuenta que una madre cogió a su hija mientras le decía “aléjate de mi hija, no quiero que la contagies”, y le dijo a la niña “no te acerques a los chinos, que son tóxicos” (Hernández & Lorenzo, 2020).

Tanny Jiraprapasuke, un joven de ascendencia tailandesa sufrió comentarios como «todas las enfermedades han venido de China porque son jodidamente asquerosos» (Sojo, 2020). En Nueva York, una mujer con mascarilla sufrió una paliza por parte de un joven que le llamó «enferma de mierda». Por último, Thomas Siu, un hombre chino-estadounidense que trabajaba en Madrid fue atacado en el metro a grito de “coronavirus”, teniendo que ser ingresado (Antolín & López, 2023).

No obstante, lo sorprendente es la respuesta de la sociedad, ya que unos están concienciados del racismo existente, mientras que otros lo justifican con “tener precaución”. El miedo tras el virus no se puede usar como excusa para justificar el racismo, ya que una cosa son las precauciones sanitarias, y otra muy diferente la discriminación (Hernández & Lorenzo, 2020). “La enfermedad no entiende de razas ni nacionalidades”.

Si nos paramos a pensar, el lenguaje que utilizamos es racista. Por ejemplo, referirse a las tiendas que son propiedad de gente asiática como “ir al chino”, en vez de “bazar”, o estirar los ojos para “imitarles” -se engloba a todas las personas asiáticas como “chinos”- o usar frases despectivas “hablar en chino” cuando tus palabras no tienen sentido. Incluso, hay burlas por su dificultad para pronunciar la letra “r” (Lander, 2021) (Rosati, 2017).

Como activismo social, en 2020, la muerte de George Floyd en EE UU alumbró el movimiento Black Lives Matter’ para denunciar la discriminación racial que sufren las personas afroamericanas. Junto a esta, se le unió en España #NoSoyUnVirus, para hacer frente a la desinformación y los continuos ataques que sufre la comunidad asiática por ser acusados de ser los portadores del virus (Alcalde, 2023).

Es necesario aclarar que el concepto de globalización genera un gran pluralismo cultural, entendiendo la cultura como aquello que se transmite de una generación a otra por herencia simbólica.

Numerosos testimonios afirman que la dificultad de inclusión causa conflictos identitarios (Alcalde, 2023), por lo que es necesario hacer entender que no existe un «nosotros contra ellos» (etnocentrismo), sino que hay que comprender que cada colectivo inmigrado añade diversidad a la ya existente. No obstante, esta inclusión nunca se debe entender como asimilación, sino como participación activa en la sociedad.

En definitiva, la lucha contra el racismo es responsabilidad de todas las personas. Para ello, hay que acabar con los discursos de odio y promover una diversidad positiva a través de la inclusión, justicia social e igualdad.

#sinfronteras El blog del alumnado de Trabajo Social, (in)migración y diversidad de la UHU

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