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Las europeas dejan al PP muy feliz, pero no tanto, y al PSOE contento, pero menos

Las europeas dejan regustillo agridulce

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, interviene durante el seguimiento de la jornada electoral de elecciones europeas, en la sede del PP. /EP

La clara victoria del partido de Feijóo no basta para que Sánchez se vea forzado a convocar elecciones, algo que sí podría ocurrir por la confrontación con Puigdemont

En el Partido Popular están muy felices, pero no tanto, y en el PSOE están contentos, pero menos. Se podría decir que las elecciones europeas https://results.elections.europa.eu/es/ han dejado un regustillo agridulce en las dos principales formaciones políticas españolas porque ni uno ni otro partido han visto cubiertas sus expectativas últimas, que iban desde el plebiscito que deseaba Feijóo, hasta el ‘indulto’ personal que esperaba Pedro Sánchez a su ley de amnistía y, sobre todo, al asunto judicial que tiene a su esposa en el centro de todas las miradas.

Ni una cosa ni la otra han salido de las urnas este domingo, aunque si alguien tiene motivos para la celebración es Feijóo y su partido, y si alguien tiene motivos para estar preocupado es Sánchez y el PSOE, que ha aguantado el embate de la derecha a costa de dejar famélicos a sus socios por la izquierda, fagocitando votos a Podemos y, sobre todo, a Sumar, la formación de Yolanda Díaz que necesita una reflexión urgente sobre su presente y futuro.

Feijóo, en Moncloa

Las elecciones europeas, que como se esperaba, tienen una lectura en clave nacional, dejan una clara victoria del PP, que se aleja a cuatro puntos y más de 700.000 votos de los socialistas. La proyección de los resultados a unas imaginarias elecciones generales deja a Feijóo con 152 escaños y la posibilidad de ocupar la Moncloa.

Los populares han ganado en  50 provincias y en comunidades tan significativas como Andalucía a distancia de los socialistas en las ocho provincias, frente a las cuatro con victoria del PSOE, que sí repite buenos resultados en Cataluña.

Plebiscito no ha habido pero el líder de la derecha afianza su liderazgo con una nueva victoria sobre su principal rival, una tendencia que los analistas vaticinan como el camino a una mayoría absoluta en las próximas generales.

Sánchez sale más debilitado

Pedro Sánchez sale claramente más debilitado estos comicios. A pesar de retener un 30% de los votos, los ciudadanos no han validado con sus votos su ley de amnistía ni el escándalo por presunta corrupción de su esposa, Begoña Gómez.

El bloque de la izquierda ha perdido fuerza y representación y parece inevitable que las formaciones surgidas de la división estén obligadas a redefinir sus estrategias si no quieren acabar en el estómago de un PSOE que demuestra tener un armazón potente en su base para sostener al partido en los momentos más delicados.

Lo que es cierto es que Pedro Sánchez ha amanecido el día después de las elecciones europeas con los mismos problemas que tenía antes del domingo, una jornada de lunes en la que ha recibido ya un serio aviso del Poder Judicial para que no siga poniendo en riesgo la independencia judicial alentando críticas a jueces, y que tiene esta tarde en Cataluña un verdadero quebradero de cabeza con la constitución de la Mesa del Parlamento. Bien parece que es Puigdemont el que se ha convertido en el gran problema del dirigente socialista, si mantiene el independentista su empeño de presidir la Generalidad a costa del socialista Illa, vencedor de la consulta.

Aquí es donde Sánchez se puede tambalear y por donde puede llegar el adelanto de elecciones. Más que a Feijóo, al que debe temer Pedro Sánchez es al prófugo de Waterloo.

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