Hoy: 26 de diciembre de 2024
Las células inmunes de la alergia pueden combatir el cáncer, lo que lleva a una nueva inmunoterapia, según un estudio preliminar realizado por investigadores de City of Hope (Estados Unidos) y recogido por Europa Press.
Los expertos han descubierto que un tipo de células inmunitarias del cuerpo humano conocidas por su importancia para la alergia y otras respuestas inmunitarias también pueden atacar el cáncer, un hallazgo que podría conducir a un nuevo tipo de inmunoterapia.
Los hallazgos, publicados en la revista Cell, muestran que las células pueden expandirse fuera del organismo y aplicarse en mayor número para eliminar células malignas tanto en cánceres sanguíneos como en tumores sólidos.
Además, estos microorganismos, denominados células linfoides innatas humanas de tipo 2 (ILC2), pueden expandirse fuera del cuerpo y aplicarse en mayor número para superar las defensas de un tumor y eliminar las partícula malignas en modelos de ratón con cáncer.
En investigaciones anteriores centradas en células de ratón, las ILC2 no habían resultado prometedoras cuando se comprobó su capacidad para matar el cáncer.
Sin embargo, en los laboratorios altamente traslacionales de City of Hope, los investigadores dieron prioridad al examen de células humanas. Donde descubrieron que las ILC2 humanas no funcionan igual que las ILC2 de ratón.
En ese mismo orden, desarrollaron una novedosa plataforma que en cuatro semanas puede multiplicar por 2.000 las ILC2 extraídas del organismo.
Asimismo, también inyectaron estas ILC2 expandidas externamente en ratones injertados con leucemia mieloide aguda (LMA) humana o tumores sólidos. Como cáncer de páncreas, pulmón y glioblastoma.
Por lo cual, los resultados demostraron que esta población de ILC2 podía destruir los tumores mediante un mecanismo anticancerígeno desconocido hasta entonces.
El equipo de City of Hope ha identificado las células ILC2 humanas como “un nuevo miembro de la familia celular capaz de eliminar directamente todos los tipos de cáncer, incluidos los cánceres de la sangre y los tumores sólidos”, afirma el autor principal del estudio, el doctor Jianhua Yu.
“En el futuro, estos corpúsculos podrían fabricarse, conservarse mediante congelación y administrarse a los pacientes. A diferencia de las terapias basadas en células T, como las CAR-T, que requieren el uso de las propias células del paciente debido a sus características específicas”, indica Yu.
“Las ILC2 podrían obtenerse de donantes sanos, lo que presenta un enfoque terapéutico potencial distinto como producto alogénico y listo para usar”, explica el doctor Yu, también profesor del Departamento de Hematología y Trasplante de Células Hematopoyéticas de City of Hope.
“Una prueba convincente y directa apareció cuando colocamos una célula ILC2 y otra tumoral directamente juntas y comprobamos que la célula tumoral moría, pero la célula ILC2 sobrevivía”, explica Jianhua Yu.
“Esto demuestra que las ILC2 mataron directamente a la célula cancerosa en ausencia de cualquier otra célula”, añade Yu.
Asimismo, Yu señala que no es necesario que las ILC2 procedan de las propias células del paciente con cáncer, lo que significa que puede existir la posibilidad de cosechar y congelar ILC2 de donantes sanos para opciones de tratamiento con ILC2 en el futuro.
No obstante, los investigadores advierten de que, dado que aún se encuentran en los primeros días de la comprensión de las funciones cancerígenas de las ILC2, aún quedan muchas preguntas por responder.
Además, tienen previsto seguir trabajando con sus colaboradores para comprender y aprender más sobre las ILC2 humanas ahora que saben que son células asesinas. “Además, estamos trabajando para traducir nuestro descubrimiento en beneficios clínicos tangibles”, añade.
“Nuestro objetivo es ampliar realmente las aplicaciones de estos descubrimientos, potencialmente más allá de los tratamientos contra el cáncer”, asegura Yu, señalando que las ILC2 podrían incluso funcionar contra virus, como el Covid-19.
“Por lo general, los ratones son modelos fiables para predecir la inmunidad humana, por lo que fue una verdadera sorpresa descubrir que las ILC2 humanas actúan directamente contra el cáncer, mientras que sus homólogas de ratón no lo hacen”, afirma el coautor principal del estudio, el doctor Michael Caligiuri.
Caligiuri, también profesor del Departamento de Hematología y Trasplante de Células Hematopoyéticas del City of Hope, asegura que para analizar las ILC2 humanas, los científicos aislaron primero las células de una muestra de sangre.
El doctor Michael Caligiuri asegura que el equipo ya ha superado al menos un obstáculo para llevar las ILC2 a los ensayos clínicos: disponer de una cantidad suficiente del producto para realizar las pruebas,
En ese mismo tenor, Caligiuri también asegura que las ILC2 son raras en el organismo y se encuentran en mayor número en los pulmones, el intestino y la piel. El equipo dispone de una plataforma para cultivarlas rápidamente.
“Hay que ser capaz de expandir estas células para ensayos clínicos en humanos y una de las cosas más emocionantes es que vamos por buen camino”, apunta Caligiuri.