La pareja sentimental de la madre del niño de cuatro años hallado muerto en Garrucha habría sometido al menor a agresiones físicas y abusos que acabaron con su vida, según el auto de prisión provisional dictado por el Juzgado de Instrucción número 4 de Vera. El documento judicial señala que el sospechoso ejercía violencia de manera recurrente sobre el pequeño “con conocimiento de la madre”.
El auto, al que ha tenido acceso Europa Press, detalla que el hombre aprovechaba los momentos en los que estaba a cargo del cuidado del niño para golpearlo, provocándole incluso una fractura en un brazo. La madre dejaba habitualmente al menor bajo su supervisión, a pesar de que ya existía un procedimiento previo que terminó con una orden de alejamiento del acusado respecto al niño.
El 3 de diciembre, alrededor de las 11:00 horas, la mujer salió de casa para trabajar y dejó al niño al cuidado de su pareja, momento en el que se produjeron nuevas agresiones y abusos que dejaron rastros biológicos, según el informe policial.
Las lesiones internas provocaron una hemorragia que desencadenó la muerte del menor, estimada hacia las 15:30 horas. La autopsia preliminar apunta a un shock hipovolémico, desgarro hepático y politraumatismo abdominal de origen homicida. El auto indica que, alrededor de las 12:00 horas, el acusado avisó a la madre de que el niño “no se encontraba bien”, lo que sugiere que ella “incluso podría haber presenciado parte de la agresión” sin intervenir, según afirmó el propio investigado.
Tras la muerte del niño, ambos trasladaron el cuerpo hasta un antiguo refugio militar en la costa de Garrucha, en dirección a Mojácar, donde finalmente fue hallado. El juez subraya que la madre acompañó a su pareja durante el traslado del cadáver, sin revelar su ubicación ni alertar a los servicios de emergencia. A partir de mensajes enviados a familiares, “se infiere indiciariamente” que podría haber llegado a asumir cierta participación en los hechos.
El auto resalta que la madre tenía “indicios de conocimiento previo del maltrato continuado” ejercido por su pareja, como constatan declaraciones de testigos y procesos judiciales anteriores. En uno de esos procedimientos, el acusado fue condenado a mantener distancia del niño, quedando probado un episodio previo de violencia.
Frente a estas circunstancias, el magistrado decretó prisión provisional comunicada y sin fianza para la madre, citando riesgo de fuga, posible manipulación de pruebas y falta de arraigo. La medida se basa en que se enfrenta a la pena más grave prevista para los delitos investigados.