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La mitad de la población española admite que se discrimina a las personas mayores de 55 años

Vânia de la Fuente-Núñez I Fuente: MediaHub

La doctora Vânia de la Fuente-Núñez define el edadismo como un cómputo de tres cosas, estereotipos, prejuicios y discriminación que dirigimos en función de la edad

La doctora Vânia de la Fuente-Núñez, colaboradora del programa de Personas Mayores de la Fundación la Caixa, pone en el punto de mira el edadismo y la discriminación que sufren las personas mayores por el simple hecho de serlo, ya que en Europa, una de cada tres personas es víctima de alguna discriminación relacionada con su edad.

En primer lugar, Vânia define el edadismo como un cómputo de tres cosas, estereotipos, prejuicios y discriminación, que dirigimos hacia otras personas o hacia nosotros mismos en función de la edad, como por ejemplo utilizar un lenguaje infantilizante con las personas mayores al dar por hecho un deterioro cognitivo que puede no ser real. Pero este problema también se da en los más jóvenes: “podemos ser víctimas de edadismo a lo largo de toda la vida. De hecho, es el único -ismo que sufrimos todas las personas. Sin embargo, es un fenómeno que suele concentrarse en dos etapas: la juventud y la vejez”.

A pesar de ser un estigma mundial, el edadismo se sufre más en las zonas con bajos y medios ingresos y la doctora insiste en que esto desconcierta “por los tópicos asociados a algunas zonas de África y del sudeste asiático, donde se aprecia muchísimo el valor de la piedad filial, el cuidar de nuestros padres en la vejez. Se creía que esto era incompatible con la existencia de edadismo, pero no es así”.

El 50% de la población española percibe discriminación hacia las personas de 55 años o más

La situación en España es desoladora, ya que alrededor del 50% de la población española percibe que hay discriminación por edad hacia las personas de 55 años o más. Aunque no tenemos datos sobre edadismo hacia la gente joven, la cantidad de personas de esta franja que reportan haberlo sufrido nos hace creer que la cifra puede ser similar.

Vânia de la Fuente-Núñez también ha hablado sobre los tópicos que se tienen hacia las personas mayores como ceder el asiento, respetarlas por el hecho de ser mayores o ayudarles cuando no pueden con la bolsa de la compra. Aunque las acciones son buenas y no dañan a nadie, la doctora alega que “deberíamos respetar a las personas porque son personas, no porque tienen una edad determinada”.

Debido a las situaciones a las que se han enfrentado las personas mayores a lo largo de su vida, aparece la discriminación positiva, que trata de corregir desigualdades que se han dado históricamente y de manera sistémica y que es muy importante implementarla para zanjar el problema y ayudar a los grupos que son excluidos del mercado laboral de manera sistemática.

Aristóteles ya hablaba mal de la vejez

Las personas mayores siempre han sido vistas como individuos más débiles, por lo que el edadismo viene siendo un problema que se ha extendido a lo largo de la historia y al que se le ha puesto nombre en la actualidad, pero Vânia de la Fuente-Núñez evidencia que “hay textos de Aristóteles en los que habla bastante mal de la vejez. No es que solo sea un fenómeno contemporáneo. Respecto a las diferencias entre generaciones, creo que una mayor longevidad es una grandísima ganancia en diversidad que abre oportunidades para la convivencia. El discurso de las supuestas diferencias entre generaciones está muy exagerado, manipulado y explotado, tanto por medios de comunicación como en el ámbito político. Genera más clics y desvía la atención del hecho de que muchos de los problemas que sufren tanto personas mayores como jóvenes son comunes, por lo que podrían aunar esfuerzos para abordarlos”.

La importancia de los medios de comunicación en este sentido son fundamentales, ya que tienen el poder de transmitir a la sociedad el mensaje clave para que el edadismo se vaya erradicando a lo largo del tiempo “porque influyen en nuestra manera de entender la realidad”, así se ha referido la doctora.

Para zanjar la problemática y discriminación se está trabajando en distintas partes del mundo a través de proyectos. Vânia de la Fuente-Núñez habla sobre los distintos programas, ya que ha podido ver muchas iniciativas globales y contribuir a ellas. En la región de las Américas, por ejemplo, se ha creado la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, que es el primer instrumento jurídico vinculante que asegura, protege y promueve los derechos en la vejez. También destacaría actividades intergeneracionales que se llevan a cabo en distintos países, como un programa de la ciudad de Oporto donde personas jóvenes que necesitan vivienda asequible conviven con mayores que comparten su casa porque no quieren vivir solas. Hay programas intergeneracionales similares en España, como el de Vivir y Convivir en Barcelona.

Necesidad de actuar en el ámbito educativo

Para erradicar el edadismo entra en juego la educación de los menores y la doctora tiene claro que “lo que sabemos es que a los 4 años ya somos conscientes de los estereotipos por edad que existen en nuestra cultura porque vemos cómo interactúan nuestros familiares con otras personas, por la influencia de la televisión, etc. Es algo que vamos interiorizando poco a poco hasta que nos lo aplicamos a nosotros mismos. Por eso son necesarias actividades educativas que nos permitan hablar sobre el envejecimiento. Cuando tienes 10 años y te preguntan qué quieres ser de mayor, tu imaginación te lleva a tu yo de 20 o 30 años como mucho. Es una lástima porque eso nos impide pensar en la vejez como una etapa de la vida en la que puedes disfrutar igual que en las demás”.

Por último, Vânia de la Fuente-Núñez lideró la campaña contra el edadismo de la OMS y el balance que saca sobre ella es positivo “creo que hemos conseguido cambios sin precedentes, en gran medida gracias al lanzamiento del primer Informe mundial sobre el edadismo de las Naciones Unidas, de 2021, que ayudó a visibilizar el problema y a poner sobre la mesa una serie de soluciones. Para su redacción invertimos mucho tiempo en investigar y recopilar la evidencia existente, investigando para entender la magnitud y el impacto real del problema y para identificar estrategias eficaces para plantarle cara. En la actualidad sabemos que hay 93 países que ya tienen programas y políticas para abordar el edadismo, y 105 países que tienen legislación para prohibir la discriminación por edad. Otro aspecto importante es que, gracias a estos esfuerzos, la palabra edadismo está incluida en los diccionarios español, gallego y catalán, por ejemplo. Si no tienes una palabra para hablar de un concepto, es como si no existiese. Seguimos teniendo desafíos, pero cada vez veo más interés en entidades y gobiernos e incluso en la gente de a pie por aprender más y llevar a cabo acciones. Un mundo para todas las edades está a nuestro alcance”

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