Hoy: 21 de noviembre de 2024
Las lluvias de octubre han sido una bendición para el Espacio Natural de Doñana (END), que celebra los efectos positivos de las recientes precipitaciones, superiores a la media habitual de esta época, aunque algo por debajo de lo inicialmente pronosticado. Estas lluvias han permitido inundar varias de las lagunas peridunares más significativas del parque, como Santa Olalla y Laguna Dulce, claves para el ecosistema de la zona.
Según datos compartidos por el Espacio Natural de Doñana en redes sociales, la estación agroclimática situada al norte de El Rocío ha acumulado 161,2 litros por metro cuadrado desde el 1 de septiembre hasta el 6 de noviembre. Esta cantidad, que supera en 60 litros la media histórica para octubre, ha generado variaciones importantes en la distribución de agua, con áreas como Marismillas recibiendo hasta 171 litros, mientras que otras zonas, como El Acebuche, registraron 132 litros.
El impacto de estas lluvias es visible en las marismas de Doñana, especialmente en las cercanías de El Rocío. Aportaciones de arroyos como Caño Marín, el Arroyo Partido y La Rocina han facilitado que el agua alcance la marisma noroccidental, extendiéndose hasta zonas como Los Sotos y el tramo norte del Caño de La Madre.
Hacia el sur, también se observan pequeñas láminas de agua en la mayoría de los lucios de la marisma, como El Membrillo, Vetalengua, y Mari López, entre otros, donde la altura alcanza en ciertos puntos los 20 centímetros. No obstante, en la marisma baja aún no se han acumulado suficientes aportaciones para formar extensas láminas de agua.
El END destaca también la inundación casi total de las lagunas peridunares fundamentales, como el sistema de Santa Olalla y Laguna Dulce, donde prácticamente toda la superficie permanece ahora cubierta de agua. Este cambio marca una mejora respecto a temporadas anteriores, cuando estas lagunas llegaban a permanecer casi secas por varios días.
Por último, el Espacio Natural menciona que, de los cauces que alimentan la marisma, solo el Caño Guadiamar mantiene una inundación continua, mientras que el Caño Travieso aún no presenta un flujo significativo desde Entremuros.