La ley penitenciaria es muy moderna y “progre”, pero hay que dotarla de los medios necesarios para ponerla en práctica

28 de septiembre de 2023
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Foto de Sora Shimazaki

Sobre el Tratamiento Individualizado. (3) El art. 59 de la LOGP establece que:
1º.- El tratamiento penitenciario consiste en el conjunto de actividades directamente dirigidas a la consecución de la reeducación y reinserción social de los penados. Como ampliación de este maravilloso artículo, el Reglamento Penitenciario que amplía y complementa la LOGP, en su artículo 110 dice: Elementos del tratamiento:

Para la consecución de la finalidad resocializadora de la pena privativa de libertad, la Administración Penitenciaria:
c) Potenciará y facilitará los contactos del interno con el exterior contando, siempre que sea posible, con los recursos de la comunidad como instrumentos fundamentales, en las tareas de reinserción. Los únicos contactos con el exterior con los que contamos los presos en España son el correo ordinario y una cabina de teléfono.

¡Sí! El correo ordinario. Eso que consiste en escribir con un bolígrafo sobre un papel, doblarlo, meterlo en un sobre, ponerle un sello y echarlo al buzón. ¿Qué no saben lo que es un bolígrafo, un papel, un sobre, un sello o un buzón? Lógico. He salido en tercer grado hace dos meses y ya casi se me ha olvidado. Tenemos todo en el móvil.

Los números de teléfono junto al contacto. Nosotros llevamos un papelito con los datos del contacto, incluida su dirección postal. Tan solo he mandado una carta y ha sido a un compañero en prisión. Todo lo demás han sido correos electrónicos. De hecho ni tan siquiera en el Juzgado Decano me han dejado presentar escritos en papel. Todo por los sistemas electrónicos correspondientes.

¿Qué no saben lo que es una cabina de teléfonos? Son como las “Meigas”: “Haberlas, Hailas.” Ya están totalmente destrozadas. Alguna se ve por la calle, pero no funciona. Tan solo quedan en la cárcel. Por correo ordinario te puedes poner en contacto con quien quieras, siempre y cuando sepas su dirección postal y tengas dinero para pagarte el sobre y el sello. Y por supuesto, siempre y cuando la administración penitenciaria no te pierda la carta.

Por teléfono tan solo puedes tener 10 números autorizados. No puedes llamar a quien tú quieras. Tienes que pedir permiso a los carceleros y justificar si es un familiar o un amigo y aportar una factura del teléfono a nombre de esa persona. Después, si están de buen humor en la oficina de comunicaciones te lo autorizan ¡O no!.

Las comunicaciones orales, esto es cuando alguien va a verte a la cárcel son lo que nosotros llamamos “cristales”, los locutorios, ese habitáculo acristalado con un aparato para hablar que la mayor parte de las veces no funciona o lo hace mal. 40 minutos cronometrados para ver a tus familiares o amigos, para llorar, para reír, para dejar tus huellas en el cristal intentando mantener un contacto que nunca llega.

Las comunicaciones íntimas y familiares son lo más parecido a eso que la Ley ordena que se cumpla. Hora y media o dos horas, dependiendo de las cárceles, encerrados en una sala con tu familia, con tus allegados o con tu pareja. Una vez al mes puedes tocara esas personas. Una vez al mes puedes abrazar a tus padres o hermanos. Una vez al mes puedes hacer el amor con tu pareja.

Los contactos de los presos en España con el exterior se circunscriben a la familia y los amigos. Aquellos que no tienen nada de eso, y son muchos, no tienen contacto con el exterior de ningún tipo. Aquellos que no tienen dinero, y son muchos, no pueden llamar por teléfono ni a su abogado.

La ignorancia de todas estas carencias por parte de la sociedad es tan peligrosa que produce que hasta los mismos jueces que te han metido en la cárcel pongan cara de incredulidad cuando les dices que tú no te puedes comunicar con la administración a través de tu correo electrónico que no tienes acceso al tablón de anuncios virtual o que tú en la cárcel no tienes acceso al BOE donde han publicado una comunicación que ahora es ya definitiva y te obliga.

La Ley Orgánica General Penitenciaria está muy bien, es muy moderna y “progre” pero hay que dotarla de los medios necesarios para ponerla en práctica. Hoy en día el acceso (Aunque sea controlado) a las redes sociales y a internet es imprescindible para poder desarrollar una vida normal. Y en la cárcel seguimos escribiendo con bolígrafo y papel hasta las tesis doctorales.

ALFONSO PAZOS

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