Hoy: 23 de noviembre de 2024
Los hallazgos iniciales de un estudio clínico publicado en la revista Nature Medicine han demostrado que una nueva técnica de inmunoterapia celular puede ser efectiva en el tratamiento de tumores metastásicos sólidos.
En el ensayo, investigadores de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por su siglas en inglés), en Estados Unidos, modificaron genéticamente glóbulos blancos normales, conocidos como linfocitos, de cada paciente para que produjeran receptores que reconocieran y atacaran sus células cancerosas específicas.
Estos resultados iniciales proceden de personas con cáncer colorrectal metastásico que ya se habían sometido a múltiples tratamientos anteriores. La inmunoterapia personalizada redujo el tamaño de los tumores en varios pacientes e impidió que volvieran a crecer hasta siete meses.
Una forma de inmunoterapia celular, la terapia con células T receptoras de antígenos quiméricos (CAR), ya ha demostrado su eficacia contra algunos cánceres de la sangre, y otra, denominada terapia con linfocitos infiltrantes de tumores (TIL), ha demostrado su eficacia contra el melanoma metastásico.
Sin embargo, hasta la fecha no se ha conseguido una terapia celular eficaz contra otros cánceres sólidos, según señala el doctor Steven A. Rosenberg, del Centro de Investigación del Cáncer (CCR) del NCI, que codirigió el estudio junto con la Dra. Maria Parkhurst, del Servicio de Cirugía del CCR.
“El hecho de que podamos hacer retroceder un cáncer sólido metastásico en crecimiento demuestra que el nuevo enfoque de inmunoterapia celular es prometedor. Sin embargo, es importante entender que estos hallazgos son preliminares y que el enfoque debe perfeccionarse y probarse en más tipos de cánceres sólidos”, ha afirmado Rosenberg.
El nuevo enfoque supera dos retos de la inmunoterapia celular: cómo producir grandes cantidades de células T capaces de reconocer específicamente las células cancerosas y cómo potenciar la capacidad de las células T modificadas para multiplicarse una vez devueltas al paciente.
Para cada paciente del estudio, Rosenberg y sus colegas recogieron linfocitos presentes en los tumores del paciente. A continuación utilizaron sofisticadas técnicas de caracterización molecular para identificar y aislar receptores en esos linfocitos, denominados receptores de células T, que reconocían cambios específicos en el tumor de cada paciente. Tras secuenciar genéticamente esos receptores, utilizaron un retrovirus para insertar los genes del receptor en linfocitos normales recogidos de la sangre circulante de cada paciente.
Los linfocitos modificados genéticamente se multiplicaron por cientos de millones en el laboratorio y se infundieron de nuevo a los pacientes, donde expresaron los receptores de células T específicos del tumor y siguieron multiplicándose.
“Tomando los receptores naturales de células T presentes en un número muy reducido de células e introduciendolos en linfocitos normales, de los que disponemos de un número enorme un millón en cada dedal de sangre, podemos generar tantas células que combaten el cáncer como queramos”, ha explicado Rosenberg.
Como parte de un ensayo de fase 2 más amplio, siete pacientes con cáncer de colon metastásico fueron tratados con la inmunoterapia celular personalizada experimental. Los siete recibieron varias dosis del fármaco inmunoterápico pembrolizumab antes de la terapia celular y otro fármaco inmunoterápico llamado IL-2 después.
Tres pacientes sufrieron una reducción sustancial de los tumores metastásicos en el hígado, el pulmón y los ganglios linfáticos que duró entre cuatro y siete meses. La mediana del tiempo transcurrido hasta la progresión de la enfermedad fue de 4,6 meses.
Rosenberg señaló que, de los tres pacientes que respondieron al tratamiento, dos habían recibido receptores de células T derivados de células T citotóxicas, que son las principales responsables de eliminar las células enfermas. Ahora, el equipo de Rosenberg está estudiando la forma de colocar los receptores de células T en subtipos de linfocitos normales para mejorar su reactividad.
El cáncer de colon es sólo uno de los muchos tumores sólidos que están estudiando los investigadores. El ensayo sigue en curso e incluye a pacientes con distintos tipos de cánceres sólidos.
Finalmente, este análisis es sólo el “principio de la conversión de linfocitos normales en células capaces de tratar los cánceres sólidos comunes. Lo que demuestra este estudio es que es posible. Una vez que sabes que es posible, trabajar para mejorarlo”, ha finalizado el investigador.