La Guardia Civil ha dado un golpe decisivo al crimen organizado con la desarticulación de una red dedicada al tráfico de armas y de cocaína. La operación, conocida como EMBARCADERO-BAMBU, ha sido desarrollada por las comandancias de Sevilla y Tenerife. El resultado ha sido la detención de siete personas que formaban parte de una organización criminal bien estructurada y con gran capacidad operativa.
La investigación se inició tras detectar movimientos sospechosos relacionados con la compra y modificación de armas de fuego. Con el avance de las pesquisas, los agentes confirmaron que el grupo no solo vendía armas ilegales, sino que también participaba activamente en el tráfico de droga a gran escala. Tras reunir pruebas suficientes, la Guardia Civil realizó siete registros en viviendas de Sevilla y Tenerife, además de varias oficinas y naves industriales vinculadas a la organización. Estas actuaciones permitieron frenar una actividad que suponía un serio peligro para la seguridad ciudadana.
Uno de los hallazgos más alarmantes se produjo en el interior de una nave industrial, donde la Guardia Civil localizó una oficina reconvertida en un auténtico taller clandestino de armas. Allí se fabricaban y transformaban pistolas a demanda de otros grupos criminales. El espacio contaba incluso con un banco de pruebas insonorizado, lo que permitía a los “clientes” comprobar el funcionamiento de las armas antes de su entrega. En total, se incautaron más de 30 armas de fuego, muchas de ellas detonadoras transformadas para disparar munición real, además de más de 1.300 cartuchos en perfecto estado.
Durante los registros también se intervinieron importantes cantidades de sustancias estupefacientes, joyas, relojes de lujo, maquinaria para contar dinero en efectivo y más de 30.000 euros en metálico. Todo ello, junto a dispositivos diseñados para detectar posibles vigilancias policiales, evidencia el nivel de profesionalización y la experiencia del grupo en actividades ilegales.
En paralelo, la investigación confirmó que la organización transportaba semanalmente grandes alijos de cocaína, superando en algunos casos los 50 kilos, desde la península —principalmente Sevilla y Madrid— hasta Tenerife. Durante la operación se interceptaron varios envíos que contenían más de 20 kilos de droga, evitando así su llegada al mercado.
Con estas actuaciones, la Guardia Civil da por completamente desmantelada una organización que operaba en distintos puntos del país y cuya actividad suponía una amenaza directa para la seguridad pública. Cinco de los detenidos han ingresado en prisión provisional sin fianza por orden judicial. La operación pone de relieve la importancia de la coordinación entre unidades especializadas y refuerza la lucha prioritaria contra el narcotráfico y el tráfico de armas, dos delitos íntimamente ligados al crimen organizado y a la violencia asociada.