La generación Z

3 de julio de 2025
1 minuto de lectura
La generación Z. Ilustración: Vanguardia

La generación Z no asiste a reuniones familiares. Procura el ghosting. Jamás serán monedas de cambio

Solo les interesa el aquí y el ahora. Nada de frugalidad. Comparten experiencias extremas. Desde andar de trapa cerros. Nadando los aires en paracaídas. Darse el gran susto de la existencia en el Bunge.

Para los empleadores de esta camada les resulta ominosa la capacitación de empleados. Tienen de sobra recurso humano. Algunos hasta sobre calificados.
No duran en las compañías.

Huyen de los horarios formales. Horrorizados del tráfico. Home working en horarios flexibles. Los proyectos salen a tiempo. Las agendas avanzan. Quienes buscan dinero a la brevedad conocen el 3 mil por ciento de rotación en las tiendas de conveniencia.

En las fábricas cambian de organigrama para no perder jornales. Acelerados en colocarse en la punta del tren. Semillas de la impaciencia. A ellos ya no les corresponderá estar bajo la prestación de pensión.

Ahorre ahora. Viva después. Si algo sale mal, sea por malas inversiones en el portafolio de inversiones. Los economistas juegan a quedar con la jugada maestra. La generación Z no asiste a reuniones familiares. Procura el ghosting. Jamás serán monedas de cambio.

Los de recursos humanos colocan prestaciones. Permanencia. Bono de productividad. Bonos catorcenales.
Jornadas de 40 horas. Venga a aplicar en nuestra nave industrial. Sueldos siempre generosos.

Jale hay en todo el territorio. En un país caro. Secuenciado. Poco por hacer para quienes están en las ideas. Al humanista, le queda el destierro o las Universidades Públicas. No hay otra senda de gloria. Solo el olvido.

Por su interés reproducimos este artículo de GERSON GÓMEZ publicado en Vanguardia

Enlace: La generación Z

Responder

Your email address will not be published.

No olvides...

¿Fueron o no fueron destruidas las centrales nucleares en Irán?

SONIA SCHOTT…

“Right now” es flagrancia, no 25 horas después. La llama ardiente es flagrancia y no las cenizas

La ley es para todos y su aplicación debe ser predecible, sin arbitrariedades que hagan sentir que la balanza de…

El hijo de la partera

Sócrates enseñó que no era menester hacer caso a los dioses. Tal impiedad, y su proyección, le costaron la vida…

La paz por lograr

CARLOS A. ROMERO…