Hoy: 24 de noviembre de 2024
JOSÉ MARÍA COTARELO ASTURIAS
Me temo que a sus señorías el pueblo llano le debe parecer necio, estulto. Y lo que es peor, puede que lo seamos.
Hace pocos días saltaba la noticia, que prácticamente pasó desapercibida, que a los miembros de la Mesa del Senado constituida por representantes de distintas ideologías políticas, se les había ocurrido la genial idea de subirse los sueldos entre un 8% y un 13%, mientras que para el resto de los mortales de a pie, se está hablando, en 2024, de entre un 2% y un 4% en el mejor de los casos. Aunque finalmente, la crítica generalizada ha hecho que se retracten, al menos de momento, el simple hecho de que planteen esta medida, demuestra su poca ética y compromiso con el cargo público que ostentan.
A estos señores, que, en su mayoría, cobran más de 100.000 euros anuales, cantidad nada despreciable, equivaldría prácticamente a lo que ganan en todo un año muchas de las personas que los votan, es decir entre 11.000 y 17.000 euros.
Y todo esto en un país donde la tasa de pobreza infantil, que es la más alta de Europa, ronda el 28% de niños y niñas que viven en situación de pobreza monetaria y tienen carencias materiales severas. El mismo país en el que miles de personas acuden cada día a las colas del hambre, donde la tasa de paro
ronda los 3 millones de personas y el paro juvenil anda cerca del treinta por ciento.
El país donde también hay una alta tasa de pobreza energética que afecta a 1,5 millones de hogares con un total de 8 millones de personas. Los hogares insuficientemente calentados se han elevado un 128%. Hay que imaginarse las nuevas cifras ahora que se va a subir el IVA del gas y la electricidad y calcular la imparable subida de la cesta de la compra cuando suban los carburantes. Y todo ello con un salario mínimo interprofesional de poco más de mil euros, para cuya subida ni siquiera se
ponen de acuerdo.
Podríamos seguir con una larga lista, pero no es el objeto de este artículo. El descaro y la desfachatez de sus señorías parece no tener límite y más teniendo en cuenta la breve radiografía expuesta un poco más arriba, donde hay millones de hogares que se las ven y las desean, no para llegar a fin de año, sino a fin de mes.
Consuela saber que hay al menos un aspecto para el que nuestros políticos son capaces de ponerse de acuerdo: subirse los sueldos a capricho. Baste como ejemplo el del presidente andaluz que para equipararse a sus colegas, se ha incrementado un 18,8% su salario. Debería haber hecho lo mismo con los sueldos de los funcionarios de la Junta de Andalucía e igualarlos con el de los vascos o los catalanes o incluso con el de los murcianos, por cercanía.
Uno recuerda y es sabido aquello de que cuando los políticos en sus campañas hablan de mejorar la vida de las gentes y de acabar con la pobreza, claramente se refieren a la suya. Debería caérseles la cara de la
vergüenza, pero también es sabido que hace tiempo campa por sus fueros la sinvergonzonería.
Lo dicho, que debemos parecerles tontos o puede que realmente lo estemos. Y algo lelos y muy dormidos.
Esperamos que las cosas cambien y cambian….. Para empeorar
Pero si estamos a la cabeza!! La maquinaria política de este país es la primera a nivel mundial, la primera en tener sueldos de estrellas mediáticas, la primera en pagar menos impuestos que sus contribuyentes, los primeros en jubilarse con menos años cotizados, los primeros en el mayor número de asesores elegidos a dedo, los primeros en no perder sus puestos por errores cometidos o dimitir, los primeros en tener la mejor infraestructura y tecnología a su alcance para la recaudación a sus contribuyentes llamada Hacienda, en definitiva, estamos a la cabeza, lo de la pobreza, el paro, la presión al autónomo y a la clase media, es una invención de los medios, que también están muy bien pagados ya que ellos forman parte de esa maquinaria. No puedo decir, como lo hacen muchos, que disfruten de lo votado, ya que esos son los que lo están disfrutando, esos son los que mantienen esa maquinaria y entre su analfabetismo, su ciega pasión y alguno que otro cobrando de alguna ayuda o con un puesto de esos que se llama enchufe, le interese seguir votándolos porque verá por otra vía recompensada la desigualdad que el resto estamos sufriendo.
Por todo ello me gusta la fruta!!!!
Jose María Cotarelo pone el dedo en la llaga: lo poco que a nuestros políticos le importamos todos y lo mucho que les importan ellos mismos. Siendo así, tal como refleja el autor perfectamente con su habitual claridad, poco puede esperar España de ellos.
Muy buen artículo, pero a mi parecer poco se la ha dicho. Los políticos deberían estar al servicio de la sociedad, de la persona que les ha votado, responder ante él. En este país que nos ha tocado, al parecer lo contrario. Los dirigentes políticos se comportan como señores feudales, siendo nosotros su feudo con el que hacen y deshacen lo que les viene en gana. Pero hemos llegado aquí de modo premeditado, por un fomento de la falta de cultura, falta de formación, lo que lleva a la incapacidad de pensamiento crítico. Nos quieren (y lo han conseguido) como “hooligans” de un equipo de futbol, TODO VALE SI LO HACE “MI EQUIPO”.. Y así nos va, y lo que nos queda aún
Todo lo enumerado y descrito en este artículo es desafortunadamente cierto.
Voces como la de este escritor deberían alzarse desde todos los rincones de España, denunciando la miseria de la llamada “clase política”
Querido José María: llevas toda la razón del mundo en lo que has escrito. Pero lo peor de todo es que me temo que tenemos lo que nos merecemos. Dada la falta de cultura generalizada, revertir esta situación es prácticamente imposible. Una pena
El gran valor de este artículo es llamar la atención sobre un asunto que no es tratado en los medios. Ante la ingente población que se encuentra en la pobreza o en los umbrales de la misma, los políticos tienen la desfachatez de subirse los sueldos. Hay una cosa llamada Ejemplaridad Publica que el filósofo Javier Goma ha tratado en uno de sus libros. Una asignatura no aprobada por la llamada clase política.
El artículo de Chema Cotarelo nos aporta un ángulo de visión que nos dirige a la cruda realidad de las cosas. Habla en plata sobre algo que debería de ser uno de los temas nucleares de los políticos.