En 2025, los españoles pagan más por tirar la basura. La Tasa de Gestión de Residuos (TGR) ha subido un 16,2% respecto al año pasado, situándose en 116,32 euros de media por hogar. Son datos del informe Las Tasas de Residuos en España 2025, que analiza 131 municipios, incluidas todas las capitales de provincia.
El impuesto no es nuevo, pero ahora es obligatorio. La Ley 7/2022 obliga a todos los ayuntamientos a tener una tasa que cubra el 100% del coste del servicio de recogida, transporte y tratamiento de residuos. Su objetivo es claro: cumplir con la directiva europea de reciclaje y sostenibilidad. Pero los criterios de cálculo los decide cada municipio. Esto genera diferencias enormes.
Los contrastes saltan a la vista. Un hogar en Valencia paga 288 euros, mientras que en Toledo o Palencia solo se abonan 57 euros. En Barcelona, el recibo medio es de 144,40 euros, y en Madrid, de 102,41 euros. La diferencia máxima puede superar los 230 euros entre municipios. En algunos casos, la subida sorprende incluso a vecinos de ciudades grandes que antes no tenían este tributo, como Madrid.
El impuesto recae legalmente sobre el propietario del inmueble. Él es responsable ante el ayuntamiento aunque alquile la vivienda. Por eso, muchos inquilinos sienten que esta tasa les toca indirectamente, mientras los propietarios estudian cómo repercutir el coste. La falta de criterios uniformes ha encendido la polémica: ciudadanos y expertos critican la desigualdad y la falta de transparencia.
El propósito de la TGR es ecológico. La idea es que quien genera más residuos pague más. Se espera que el dinero recaudado mejore el reciclaje y la gestión de residuos. Pero la ejecución deja huecos. Cada municipio decide cómo aplicar la tasa, usando criterios como valor catastral, metros cuadrados o número de residentes. Esto provoca que el mismo servicio cueste muy distinto según la ciudad.
Los ayuntamientos más grandes se enfrentan al desafío de equilibrar cuentas y cumplir la ley europea. Mientras tanto, los ciudadanos comparan recibos y protestan. La subida del 16,2% promedio parece moderada, pero detrás de la media hay hogares que verán crecer su gasto más del doble.
Expertos advierten que, sin un control más riguroso, la tasa puede aumentar la desigualdad fiscal entre territorios. Para muchos, la TGR es una medida necesaria para cumplir con Europa. Para otros, es un golpe económico que llega sin aviso y con criterios poco claros. España se encuentra ahora en medio de un debate que va más allá de la basura: se trata de justicia fiscal, sostenibilidad y transparencia.