La selección albiceleste se proclamó, por tercera vez en su historia y después de 36 años, campeona del mundo del fútbol tras derrotar a Francia en la tanda de penaltis
El Mundial de Qatar 2022 ha echado el cierre con un huracán físico y táctico de la campeona Argentina que lucho con pasión y juego ante una Francia desdibujada, desorientada y sobrepasada, pero en tres zarpazos, consiguió empatar un encuentro que perdía a tan solo diez minutos del final. Sin embargo, tras una prórroga memorable de ambos equipos, el estadio de Lusail, en Doha, fue testigo del tercer campeonato del mundo de los de Scaloni y Messi se podrá retirar habiendo levantado, al fin, su copa del Mundo. El cielo de Doha fue testigo.
Desde el inicio, Argentina se aferró a la Copa del Mundo por pasión y convicción. Desplegando una exhibición táctica y física sin parangón, la albiceleste fue superior en todos los ámbitos del juego hasta el minuto 70, momento en el cuál cambiaron las tornas.
Mientras los argentinos salieron a jugar con el crono a favor y dejar pasar los minutos, los franceses comenzaron a despertar del letargo. En tan solo dos minutos (80 y 82), Mbappé igualó la final. Un duro golpe para la Argentina de Messi que estaba acariciando el título. Pero en minuto 108, el número 10 volvió a adelantar a los suyos entre lágrimas. Sin embargo, Francia quería más y en el minuto 117 Mbappé no perdonó desde los 11 metros y mandó el partido a la tanda de penaltis, bajo la alegría de Deschamps y Macron.
Con el pitido final y el 3-3 en el marcador, los corazones de los aficionados argentinos y franceses, presentes en Lusail, se contenían para afrontar una tanda de penaltis que culminó con el tanto de Montiel que inclinó la balanza del lado argentino por 4-2.
Y con él llegaron las típicas carreras y las lágrimas por el césped de los campeones, buscando el abrazo de celebración después de 36 años. Mientras, los franceses se desplomaron sobre el verde por el duro golpe de perder la final y con ella la posibilidad de revalidar su título mundial de forma consecutiva. Y entre el desconsuelo francés, se encontraba Emmanuel Macron para consolar a los galos; entre ellos a Mbappe que había conseguido anotar un ‘hat-trick’ que no sirvió para hacer a su selección campeona.
La fiesta estaba servida en el lado argentino mientras Scaloni, entrenador albiceleste, o ‘El Cholo’ Simeone, desde el palco, celebraron la nueva gesta: su tercera estrella. Más de 40.000 aficionados apoyaron y arroparon a la selección albiceleste y a su capitán Leo Messi, en el que se presupone será su quinto y último mundial.
El delantero del Paris Saint-Germain levantó la Copa del Mundo junto a sus compañeros. Y bajo la euforia argentina, culminó el Mundial de Qatar, comenzando de esta manera el tercer reinado albiceleste. Y es que, “si no se sufre no vale”, espetó Tagliafico tras acabar el partido.
A esta hora el obelisco argentino de la calle Corrientes, en Buenos Aires, esta repleto de seguidores albicelestes celebrando la victoria. Ni un alfiler cabe en los aledaños. Y eso que allí son, a la hora de cerrar esta crónica, las cuatro de la tarde. Y ya han anunciado que esta noche no se duerme en Argentina.