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La arboleda perdida

Una arboleda. | Flickr

Es difícil comprender la silenciosa corpulencia de un árbol. Curiosean por encima de las ventanas, intentando con el desarrollo de sus ramas vestir de pájaros nuestras intimidades. Los árboles tardan en crecer, pero luego se instalan en la vida y aguantan años, siglos, sin que los vientos más recios puedan con ellos. He visto, sobre sus verdes ramas, besarse en un descuido dos jilgueros, que a la tarde trinaban de agradecimiento por el cobijo que recibieron y por la sabia libada.

Ante la tempestad, los árboles son descaradamente valientes. Apenas si sufren cuando llega el otoño, teniendo que soportar la vejez hermosa y dorada de sus hojas.

…Las izquierdas españolas se han presentado en Madrid gritando que son valientes. Nunca fue valentía la necesidad de ofender para conseguir una atención o un voto. De esa manera, los árboles sembrados alrededor terminan siendo “una arboleda perdida”. Las izquierdas de este País nunca fueron valiente, salvo para quemar iglesias o mentir con la Historia. Sólo se atrevieron con Franco… después de muerto. Las derechas, tampoco.

pedrouve

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