 
                La apnea del sueño no solo provoca cansancio y ronquidos; también puede afectar seriamente la salud ocular. Quienes padecen este trastorno tienen más probabilidades de desarrollar glaucoma, una enfermedad que daña el nervio óptico y puede provocar pérdida irreversible de la visión.
El problema principal está en la falta de oxígeno que ocurre durante los episodios de apnea. Cada pausa en la respiración genera cambios en la presión arterial y altera la circulación sanguínea hacia los ojos. Con el tiempo, estas variaciones pueden dañar el nervio óptico y la retina, aumentando el riesgo de glaucoma.
Además, la hipoxia intermitente, los momentos en los que el cuerpo recibe menos oxígeno, junto con cambios en la presión dentro del cráneo, pueden acelerar el deterioro del campo visual. Muchas personas no se dan cuenta de estos daños porque la enfermedad suele avanzar sin síntomas evidentes hasta etapas avanzadas. Dormir mal, por tanto, puede tener consecuencias silenciosas pero graves para la visión, según el EXCELSIOR.
Si sospechas que sufres apnea del sueño —por ejemplo, si te despiertas cansado, con dolor de cabeza o si alguien nota que tu respiración se interrumpe mientras duermes— es fundamental acudir a un especialista en sueño. Un diagnóstico temprano puede prevenir complicaciones.
Al mismo tiempo, es clave cuidar la vista. Las revisiones oftalmológicas periódicas permiten detectar glaucoma en sus etapas iniciales, cuando aún se puede frenar su avance. Para quienes ya tienen la enfermedad, tratar la apnea del sueño puede ayudar a evitar un empeoramiento más rápido de la visión.
Adoptar hábitos de vida saludables también marca la diferencia: mantener un peso adecuado, controlar la presión arterial, limitar el consumo de alcohol y mejorar la calidad del sueño son medidas que favorecen tanto la salud ocular como general.
En resumen, la apnea del sueño no es solo un problema de descanso. Sus efectos pueden llegar hasta los ojos y aumentar el riesgo de glaucoma. Estar atento a los síntomas y buscar ayuda profesional a tiempo puede proteger tu visión y mejorar tu calidad de vida. Dormir bien y cuidar la salud ocular van de la mano, y tomar acción hoy puede significar ver mejor mañana.
 
                
             
                
             
                
            