La policía Raquel Gago facilitó un revólver dentro de un bolso a Montserrat González, que mató de tres disparos y a bocajarro a Isabel Carrasco
Raquel Gago, la policía local de León condenada a 14 años de prisión por la participación en el asesinato de la presidenta de la Diputación de esta provincia, Isabel Carrasco, ya ha rehecho su vida y ha empezado a disfrutar de su libertad. En este momento se encuentra clasificada con el tercer grado en el centro de reinserción social (CIS) Victoria Kent de Madrid.
Con alternancia, los fines de semana, abandona el centro y suele viajar tanto a Valencia como a León, donde vive su familia. Su comportamiento, según fuentes penitenciarias a las que ha tenido acceso en exclusiva FUENTES INFORMADAS, está siendo ejemplar, por lo que la junta de tratamiento de la prisión le ha concedido el tercer grado que es un régimen de semilibertad que permite a los internos salir por la mañana para trabajar y volver al centro para pernoctar. Este régimen concede permisos de salida los fines de semana alternos.
Muchos de estos permisos de fin de semana viaja a Valencia a ver a su pareja y, otros, a León, a visitar a sus padres. Este beneficio penitenciario también ha sido fruto de su reinserción en el ámbito laboral estando en la cárcel.
Hace ya ocho años y siete meses que Isabel Carrasco, del PP, fue asesinada de tres disparos con arma de fuego -un revólver- por Montserrat González. Carrasco tenía fama de persona con mucho carácter, fuerte personalidad, hecha a sí misma y muy competitiva. Montserrat pensaba que su hija Triana, que también era funcionaria y política del mismo partido político (PP), le tenía ojeriza, que la perjudicaba y que, si su hija no prosperó en las elecciones, era por culpa de la presidenta.
Montserrat y Raquel eran o fueron amigas y acordaron el cómo y cuándo una le entregaría la pistola a la otra.
Tras los tres disparos, un testigo directo de los hechos siguió a la asesina y pudo presenciar cómo la homicida le entregaba a Triana, su propia hija, el bolso que contenía el arma utilizada por su madre para cometer el crimen.
Conflictos constantes de Montserrat y Raquel González en la cárcel
Fue en primavera cuando se perpetró el delito capital. Montserrat seguía los pasos de su víctima en una pasarela que hay desde la sede del partido a su domicilio, momento en el que la abatió a tiros. Luego, en la huida entregó, con premeditación y previo concierto, la pistola dentro del bolso a su hija, el mismo con su contenido que antes le había dado en mano la agente de policía.
Montserrat y Triana eran esposa e hija del inspector jefe de la Policía Nacional de la localidad de Astorga (León). Triana, además, fue candidata en las listas electorales del PP en esta localidad, pero no triunfó nunca y Montserrat hizo culpable, por la vía de hecho, a Isabel.
Madre e hija, que ya han peregrinado juntas por varias cárceles, siguen en prisión y, sin embargo, la mujer policía goza de los beneficios penitenciarios de un régimen en semilibertad.
Según fuentes penitenciarias a las que ha accedido en primicia FUENTES INFORMADAS, esto se debe a que tanto la madre como la hija tienen constantemente altercados con funcionarios de prisiones, peleas con otras internas, les han sido descubiertos utensilios no autorizados así como destrozado mobiliario. Para colmo, fueron recientemente sorprendidas en la cárcel de Villabona (Asturias) en posesión de un teléfono móvil.