Kiko Rivera e Irene Rosales se separan tras once años juntos

Al parecer, la separación no involucra terceras personas y ha sido de manera amistosa

Después de 11 años de relación y nueve de matrimonio, Kiko Rivera e Irene Rosales han decidido poner fin a su historia juntos. La pareja, que tiene dos hijas en común, Ana y Carlota, confirmó la noticia a la revista Semana. Ambos han subrayado que ha sido una decisión dura, muy meditada y tomada con tranquilidad. Prefirieron no entrar en detalles, pero dejaron claro que se mantiene el respeto mutuo.

Según ha informado 20 minutos, la separación no involucra terceras personas y ha sido de manera amistosa. Lo más importante para ellos sigue siendo la crianza de sus hijas, y no se descarta que se les siga viendo juntos en planes familiares. Aunque ya no son pareja, la familia sigue siendo un lazo fuerte y presente en sus vidas.

Una relación marcada por altibajos

La vida de Kiko Rivera y Irene Rosales no ha estado exenta de dificultades. A lo largo de los años, han enfrentado rumores de infidelidad, problemas económicos y las adicciones del DJ. También ha sido un tiempo complicado por el distanciamiento de Kiko con su madre, Isabel Pantoja. A pesar de estos reveses, la pareja parecía fuerte. Hace un año, tras sufrir un ictus, Kiko se centró en mejorar su salud y llevar hábitos de vida más saludables.

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Incluso recientemente celebraron 11 años juntos. En mayo, Irene Rosales dedicó un tierno mensaje a Kiko en redes sociales para conmemorar su aniversario. Ese gesto parecía reafirmar la solidez de su vínculo. Sin embargo, la vida a veces sorprende y esta vez les llevó a tomar caminos separados.

Aun así, ambos coinciden en que lo más importante es el bienestar de Ana y Carlota. Mantener una relación cordial y estar presentes para sus hijas será ahora su prioridad. La ruptura, aunque emotiva, se maneja con respeto y madurez. Por el bien de la familia, continuarán compartiendo momentos juntos cuando sea necesario.

Kiko e Irene cierran así un capítulo significativo de sus vidas. Once años de complicidad, amor y retos que han dejado huella. Ahora, cada uno seguirá su camino, sin perder de vista lo que siempre les unirá: sus hijas y el respeto mutuo que han cultivado durante más de una década.