Hoy: 27 de noviembre de 2024
El secretario general del PSOE-M, Juan Lobato, ha anunciado su dimisión en un contexto marcado por un fuerte conflicto interno y una polémica que involucró una conversación registrada con un alto cargo de Moncloa.
El registro notarial filtrado reveló un intercambio en el que se mencionaban acusaciones falsas contra la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Ante la presión interna y las críticas dentro de su propio partido, Lobato ha decidido dar un paso atrás en su liderazgo.
A través de una carta enviada a los militantes, Lobato explicó que su renuncia se debió a la necesidad de evitar un mayor enfrentamiento dentro del partido, una situación que, según él, solo perjudicaría al PSOE-M.
En su mensaje, dejó claro que, aunque dejaba la secretaría general, su compromiso con el PSOE y con los valores que lo sustentan seguía siendo firme. Además, subrayó que su objetivo siempre había sido construir un proyecto sólido y ambicioso para Madrid, y que este proyecto debe seguir adelante, incluso si él ya no lidera el partido.
“Mi principal objetivo ha sido siempre avanzar hacia un proyecto común para Madrid, uno que inspire ilusión y que continúe en el futuro”, señaló Lobato. No obstante, también expresó que su estilo de hacer política, basado en el diálogo y el respeto a las diferencias, no se ajustaba a la forma en que la actual dirección del partido gestionaba los asuntos internos. En este sentido, reiteró que para él, la política debe ser un espacio donde se respeten las distintas opiniones y se busque siempre el consenso.
En su misiva, Lobato también aprovechó para expresar sus críticas hacia la dirección nacional del PSOE, señalando que, en su opinión, “ningún dirigente es imprescindible”. Subrayó que lo más importante era proteger los valores que fomentan una política auténtica, que se basa en el debate y la participación, y no en la imposición de ideas.
“Mi visión de la política es que debe ser inclusiva, donde las personas con opiniones diferentes puedan contribuir y aportar ideas. Esa ha sido siempre mi forma de hacer política”, afirmó el exlíder socialista. También destacó que no creía en la “aniquilación” de quienes discrepan, defendiendo siempre un enfoque que busque puntos en común y respete las diversas voces dentro del partido.
La dimisión de Lobato se produce en un contexto de creciente tensión dentro del PSOE madrileño, con varias voces dentro del partido exigiendo su renuncia tras los últimos episodios de controversia. La situación llegó a un punto crítico cuando la dirección nacional, encabezada por Ferraz, envió al ministro Óscar López para intentar calmar los ánimos y poner fin a la crisis interna.
Aunque algunos miembros del PSOE-M pidieron la salida de Lobato, el exlíder del partido dejó claro que su dimisión no significaba un abandono de su compromiso con el proyecto socialista. “Mi lucha por el PSOE y por los principios que defendemos no termina aquí”, señaló en su carta final, agradeciendo el apoyo recibido de muchos militantes a lo largo de su mandato.