Atacama: historia, riquezas, mitos, vida y muerte en el desierto más árido del mundo

15 de noviembre de 2024
3 minutos de lectura
La Belle Epoque.

En el valle de Copiapó se encuentra la capital de la región de Atacama y a cien kilómetros de distancia se encuentra el pueblo de Inca de Oro

ULISES CARABANTES AHUMADA

El desierto de Atacama se encuentra ubicado en el norte de Chile, es el más árido del mundo, un lugar inhóspito colmado de historias, mitos, ilusiones de riquezas, desencantos, vida y muerte. Podríamos definir como su límite sur el valle de Copiapó, aquel por el que en 1536 ingresó a lo que hoy es Chile el adelantado don Diego de Almagro, quien cayó sobre dicho valle después de cruzar la cordillera andina desde la actual Argentina.

Almagro no permaneció en Chile, desilusionado se retornó a Perú, centro de gravedad de la conquista española en Sud América. Fue en 1540 donde definitivamente comienza la historia hispana en estas zonas del mundo y fue precisamente en el valle de Copiapó, donde toma posesión en nombre de la Corona española don Pedro de Valdivia, extremeño.

En el valle de Copiapó se encuentra la capital de la Región de Atacama, Copiapó. Desde esta ciudad, hacia el noreste, a cien kilómetros de distancia, se encuentra el pueblo de Inca de Oro, enclavado en medio del desierto, en medio de la aridez que en el mismo pueblo interrumpen porfiadamente algunos árboles que los seres humanos han hecho crecer con la reducida agua que existe en ese oasis.

Inca de Oro, este muy pequeño centro urbano en medio de la nada, durante su existencia ha tenido varios nombres, Mina San Pedro Nolasco, Cuba y Oro del Inca. Viven en él un poco más de cuatrocientas personas que osan vivir en medio del desierto por la riqueza aurífera que ha caracterizado al lugar.

Hacia el oeste de Inca de Oro, está la principal fuente de abastecimiento minero aurífero, el distrito llamado Guías de California, el cual, en algún momento también constituyó un poblado que tenía hasta una escuela primaria y cuya “metrópolis” era Inca de Oro. Al sur de Guías de California hay dos puntos de mucho interés histórico, patrimonial minero.

En primer lugar se trata de lo que fue el mineral plata de Tres Puntas, cuyo descubrimiento en 1848 provocó una estampida humana en la ciudad de Copiapó. Hombres, mujeres y niños, caminando y en carretas, atravesaron el desierto para lograr llegar al lugar soñado, al “dorado” proveedor de la gran riqueza.

Por meses vivieron simplemente bajo el cielo y sobre la arena del desierto, mientras iban armando la ciudadela a la par con la explotación de los reventones de plata. Por las noches, fiestas, alcohol y prostitución eran también parte de la vida de aquellos aventureros dispuestos a todo. Y cuando digo todo, la especulación financiera y el engaño, no se quedan fuera.

El Conservador de Minas de Copiapó atendía las 24 horas del día, los siete días a la semana, pues en forma permanente llegaban mineros, aventureros y especuladores a inscribir el descubrimiento de una veta o un manto, aurífero, de plata o cuprífero.

Quien llegaba a hacer dicho trámite simplemente con el ánimo de estafar, después de inscribir un supuesto descubrimiento, lo anunciaba a voz en cuello en la puerta de la oficina del conservador de minas de Copiapó, a la hora que fuera y ofrecía participación en el negocio.

Era tal la fiebre por la riqueza rápida que existía en la medianía del siglo XIX en Copiapó y en Atacama, que desde las prostitutas hasta el cura de la ciudad dejaban de hacer lo que estaban haciendo para ir corriendo al llamado del gran engañador.

Este último consumaba su negocio, tomaba el tren que lo llevaría desde Copiapó hasta el puerto de Caldera a tomar un velero o un vapor para dirigirse a Valparaíso y desde este puerto hasta California, itinerario que haría que se perdiera para siempre su rastro.

Pero volvamos a los vestigios que hoy hay cerca de Inca de Oro. Estación ferroviaria de Chimberos, claro, también ubicada en el medio de la nada, rodeada de un paisaje marciano. Esta era parte de la larga red ferroviaria de Chile llamada “longitudinal norte”, la que comenzaba en la ciudad de La Calera, en la Región de Valparaíso y terminaba en el puerto de Iquique.

En la estación Chimberos el lento convoy se abastecía de agua y carbón, para que ambos fueran los factores que permitirían la producción de vapor en la negra locomotora. En Chimberos, uno que otro minero proveniente de las serranías aledañas subía al tren u otro, descendía para internarse caminando por las secas arenas con destino a uno de los minerales del área.

En Inca de Oro hoy perduran los mineros del oro, abandonando viejas tecnologías para obtener su preciado producto, porque además de mineros, quienes habitan Inca de Oro también las han oficiado por años y hasta hoy, como metalurgistas.

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Visita desde La Rioja, Argentina, a Inca de Oro, Atacama, Chile.

33 Comments Responder

  1. Ameno relato de lo que fue y aún son los distritos mineros productores de oro felicitaciones hermano.
    existe un libreto muy ilustrativo de la época de esplendor de estos lugares «Un Alemán en Atacama» muy descriptivo, muy ameno.

  2. Interesante y buena crónica, invita a visitar esos parajes, que su misma aridez y soledad los hace atractivos y hermosos.
    Gracias Ulises por compartir tan bonito relato.

    • Muchas gracias por tu comentario Franklin.
      Bueno, si mi escrito invita a conocer esos lugares de Atacama, me siento pagado por haber efectuado esta publicación.
      Un abrazo!!

  3. Excelente como siempre y obviamente cuando hay riquezas se genera todo un mundo alrededor de ella,lo bueno y lo malo .Es síntesis ,como es el hombre.
    Siempre he pensado que nuestra región merece una mejor suerte.

    • Muchas gracias por el comentario Mauricio.
      «Ayúdate que yo te ayudaré» dice el dicho. Hay que trabajar fuerte para cambiar el rumbo de nuestra querida Región de Atacama, pero para cambiar el rumbo hay que cambiar piloto y tripulación el próximo 24 de noviembre.
      Un abrazo!!

  4. Quisiera expresar ,que hace muchos años mi Padre Raul Barrionuevo (QEPD) siendo pescador , llevó a través del ferrocarril a Cuba ,hoy Inca de Oro unas albacoras, para su venta en las diferentes cocinillas que funcionaban en el pueblo, como no eran conocidas no fueron compradas, para no perder la carga, opto por venderlas por pedazos logrando su total venta. Una anécdota de aquellos tiempos. –

  5. Excelente relato de una parte importante de nuestra historia, de hecho, de los inicios de ella.
    Felicitaciones Ulises por transportarnos en el tiempo y mostrarnos las vivencias de los chilenos que habitaron e hicieron patria en las áridas tierras de nuestro Chile nortino.

  6. Excelente narración histórica y muy bien documentada, felicitaciones para Ulises Carabantes. Has abierto una nueva y desconocida página, en la historia de Chile

  7. Estimado Ulises, que interesante relato de nuestra zona, esto debe reforzar lo importante y grande que fuimos como aporte económico para el pais. Ahora nuestra gente y políticos deben trabajar para volver a hacer grande esta tierra que tiene tanto que entregar.

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