Hoy: 23 de noviembre de 2024
“En la cárcel no solo duermen los hombres. En este charco de agua sucia el tiempo duerme también, como un pez clavado en el anzuelo del cansancio y el olvido.”
-Jesús Zárate- “La cárcel” Premio Editorial Planeta 1972.
El pasado mes de julio asistí a un curso de verano organizado por la UPV (Universidad del País Vasco) o EHU en euskera. El título del curso era el siguiente: “Humanizar la prisión: esperanza y reto para el modelo penitenciario vasco.” Y la descripción de este o fundamento del curso era, según reza en su portada:
“El 1 de octubre de 2021, el gobierno vasco asumió la ejecución de la legislación penitenciaria y la gestión de los centros penitenciarios de Euskadi.
La misión de la Administración Penitenciaria es ayudar a las personas que deban cumplir una pena o medida penal a preparar su vida en libertad.
No se trata sólo de que la retención y custodia de dichas personas respete sus derechos; se trata también, de realizar una labor que reduzca al máximo los efectos nocivos del internamiento y proporcione a las personas internas medios y recursos educacionales, formativos y laborales para afrontar, exitosamente y con respeto a la ley, la nueva vida que les espera cuando cumplan la condena.
Para ello el Gobierno Vasco ha diseñado unas Bases para la implantación del modelo penitenciario en Euskadi, inspiradas en las resoluciones del Parlamento Vasco aprobadas el 13 de marzo de 2019, que configuran la hoja de ruta a seguir en la política penitenciaria vasca.”
El elenco de ponentes fue de lo mejor: desde D. Ángel Luis Ortiz González, Secretario General de Instituciones Penitenciarias; Eugenio Artetxe Palomar, Director de Justicia del Gobierno Vasco; Maria Jesús San José López, Consejera de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno Vasco; Manuel Lezertua Rodríguez, Ararteko; Gustav Tallving, Director ejecutivo de EUROPRIS; Ruth Alonso Cardona, Magistrada-Juez del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria del País Vasco, y algunos más, todos ellos personas conocedoras y expertas en asuntos relacionados con la prisión.
El pasado mes de octubre se celebró en Bilbao el I Congreso de Derecho Penitenciario, organizado por el Consejo Vasco de la Abogacía y los tres colegios de la abogacía de Euskadi.
También vinieron personajes de primera línea como e Ministro del Interior, D. Fernando Grande Marlaska, que inauguró l congreso. Participaron muchos y muy buenos ponentes que también habían participado en el Curso de Verano de la UPV.
De esta forma, pude extraer, leyendo entre líneas, la verdadera línea de actuación, tanto del Gobierno Vasco como de la Judicatura. Y esa línea de actuación no es otra que aligerar y reducir las condenas a los presos de ETA.
La transferencia de la ejecución de la legislación penitenciaria y la gestión de los centros penitenciarios de Euskadi no está pensada para “ayudar a las personas que deban cumplir una pena o medida penal a preparar su vida en libertad”, tal y como reza la descripción del curso de verano de la UPV.
La intención, el fin último es liberar lo antes posible a los presos de ETA y acercarlos al País Vasco. Algo, de por sí, totalmente legal ya que los presos de ETA deben de cumplir sus penas con arreglo a la normativa en vigor y por ello tienen tanto derecho como los demás presos a obtener tanto, beneficios penitenciarios como salidas de permiso y acceso al Tercer Grado, así como poder cumplir su condena cerca de su entorno social y familiar.
Pero, tanto el Gobierno Vasco como el Gobierno Central ocultan esas intenciones con bonitas palabras y ningún hecho, con negociaciones opacas y concesiones embarradas a sus “socios” políticos, con la vieja técnica de añadir una disposición adicional en una ley que nada tiene que ver con el asunto para favorecer a ciertos presos, olvidándose del resto de personas privadas de libertad, tan solo para no perder votos.
Hace ya 250 años, el Marqués de Beccaría estableció como premisa, en su magnífico tratado “De los delitos y las penas” la necesidad de humanizar las penas y por lo tanto la prisión.
Hoy en día seguimos diciendo lo mismo, seguimos con el mismo discurso, pero haciendo muy poco o nada para conseguirlo.
Tan sólo a dos personas les he oído proponer algo para conseguir ese objetivo: a Gustav Tallving CEO de EUROPRIS y a M. Nuria Fabra Fres, Profesora e investigadora de la Universidad de Barcelona.
El resto, muchas palabras bonitas, pero con respecto a los hechos, tan solo aquellos que les dan votos para seguir sentados en la poltrona.