Leo en las redes sociales, ya que esto no lo dan en las principales cadenas de televisión, que la Sra. ministra de Igualdad ha sido condenada a pagar 18.000 euros por no sé qué delito. Veo así mismo que se repiten las noticias sobre las consecuencias de la promulgación de la ley del “solo sí es sí”.
Me viene a la cabeza una hipótesis que nos planteamos hace ya unos meses. Hugo Armando “El Pollo” Carvajal, Salvador Alba y yo mismo sentados tomando una cerveza en el módulo 10 de la cárcel de Estremera.
Si tanto la “Marquesa de Galapagar”, como sus “secuazas” fueron advertidas de lo que iba a pasar con las condenas de los violadores, tanto por el Consejo de Estado, como por el CGPJ, como, incluso, por sus propias “miembras” del partido, y sin embargo siguieron adelante con semejante engendro solo cabe una opción.
Aplicando el principio de parsimonia o de economía, también conocido como el postulado de la “Navaja de Ockham”, por el cual la explicación más simple y vaga es la correcta, podemos afirmar que lo hicieron a posta, que sabían y querían el resultado que ha habido.
Lo que no fuimos capaces de explicar fue el porqué. Un narcoterrorista, director durante más de doce años de un servicio de inteligencia de uno de los países más ricos del mundo, un exmagistrado Juez (corrupto, Este apellido no se lo han quitado nunca cuando hablan de él), y un abogaducho de provincias como yo, no fuimos capaces de formular una hipótesis sobre el porqué.
Ahora, aquí afuera, leyendo y escribiendo, creo que sé por qué o lo intuyo. El dinero. Más violadores en la calle es más dinero para el Observatorio. Más violadores en la calle son más pulseras geo localizadoras en los tobillos de los hombres. Y ¿Qué empresa pone las pulseritas? CLECE.
¿A Quién pertenece CLECE? Investiguen.
ALFONSO PAZOS