Los biseles de la pantalla del reloj demuestran que esta se podría aprovechar mucho mejor si se hubiera tomado una decisión diferente a la hora de diseñarlo
Google Pixel Watch 2, el ‘smartwatch’ de Google que llegó a España a principios de octubre de este año, ofrece un formato cómodo y elegante, así como una experiencia de usuario fluida, pero los biseles de su pantalla, que son demasiado gruesos para su tamaño, demuestran que esta se podría aprovechar mucho mejor de haber tomado una decisión diferente a la hora de diseñarlo.
Con un peso de 31 gramos sin correa, pantalla AMOLED y cristal protector 3D Corning Gorilla Glass 5, así como un único tamaño de esfera de 41 mm; este reloj, fabricado con chasis de aluminio 100 por ciento reciclado, puede quedarse algo pequeño para aquellos con muñecas más gruesas o que buscan mayor extensión de la pantalla para su uso diario.
En cualquier caso, ofrece dos tallas de correa deportiva, ambas incluidas, para muñecas pequeñas, ya que se ajusta a aquellas que tienen una circunferencia de entre 130 y 175 mm- y grandes, esto es, de entre 165 y 210 mm.
Las correas, por cierto, se pueden retirar y colocar de forma sencilla sujetando la esfera, ya que el ‘smartwatch’ integra un botón dedicado para ello y asegura su fijación con un solo ‘clic’.
No obstante, si nos centramos en lo que realmente hace especial a este dispositivo, que es su panel, se sigue quedando un poco corto si se tiene en cuenta el grosor de sus biseles, que hace que el ‘smartwatch’ parezca aún más pequeño.
El reloj dispone de una corona que se desliza con facilidad y que sirve tanto para activar la pantalla en caso de que no hayamos elegido la opción de Always On Display (AOD), que la mantiene siempre encendida; o bien para acceder a las aplicaciones instaladas en el ‘smartwatch’, los Ajustes o la linterna, entre otras opciones.
Otro botón, situado justo encima, permite activar el Asistente y también acceder a las aplicaciones más recientes y a otros servicios disponibles.
La experiencia entre las aplicaciones es muy fluida, gracias a que introduce un chip potente como es Qualcomm 5100 y el coprocesador Cortex M33. Además, de todos sus apartados, el que más destaca es el dedicado al deporte y la actividad física, puesto que contiene una gran cantidad de ejercicios, como aeróbic, artes marciales, baile, ‘bootcamp’, entrenamiento del core o escalada en interior, entre otros.
Las métricas se pueden personalizar para obtener toda la información necesaria mientras se está realizando el ejercicio, que se puede pausar o detener en cualquier momento. Eso sí, siempre que se acceda al ejercicio y se deslice la pantalla a la derecha, donde se muestran estas opciones.
Autonomía de la batería
Junto con su destacada fluidez en la navegación por la interfaz, otro de los apartados relevantes del último reloj de Pixel es su autonomía, que se alarga más de las 24 horas, por lo que con la atenuación de su brillo y poco uso puede durar día y medio sin carga.
La carga, por su parte, es rápida, hasta el punto de que necesita alrededor de media hora para alcanzar el 50 por ciento, aunque le cuesta un poco más llegar al 100, por lo que si lo conectamos con el mínimo de batería, tendremos que esperar entre una hora y diez o y cuarto para tener la batería totalmente completa.
La compañía, de hecho, se aproxima mucho en esas mediciones, puesto que en su página web aclara que el dispositivo necesita estar enchufado durante 43 minutos para alcanzar el 80 por ciento de la batería y 75 para tenerla cargada completamente.
Si bien la autonomía de la batería del Google Pixel 2, de 300mAh, es interesante, no lo resulta tanto su sistema de carga, que viene con conector USB-C y un formato de pines que deben encajar a la perfección con los cuatro conectores situados en el reverso de la esfera.
Esto hace que, si vamos con prisas o simplemente no nos damos cuenta, quepa la posibilidad de que no lo conectemos bien y no llegue a cargarse, algo que estaría solucionado con una carga inalámbrica Qi que, por cierto, sí integraba el modelo de Pixel Watch anterior.