Con el buen tiempo a la vuelta de la esquina y las playas empezando a llenarse, el dermatólogo y médico de Cinfa, Julio Maset, lanza una advertencia clara: nada de fotoprotectores por debajo del SPF 30. De hecho, su recomendación es ir directamente al SPF 50 y comprobar que protegen frente a todo tipo de radiaciones: ultravioleta, infrarroja y visible.
“Aunque pensamos que estamos concienciados, la realidad es otra: seguimos cometiendo errores graves con la protección solar”, afirma Maset. Y lo respaldan los datos: según el IV Estudio CinfaSalud, solo el 2,5 % de los españoles se aplica bien la crema solar. Es decir, a tiempo, en cantidad suficiente y con la frecuencia adecuada, según una información publicada en Europa Press.
Los errores son comunes: solo un 42,5 % se la aplica media hora antes de tomar el sol, apenas un 33,9 % la reaplica cada dos horas, y solo uno de cada cuatro lo hace tras bañarse o secarse. Lo preocupante: un tercio no sigue ninguna pauta correcta.
Además de protegerse con crema, el especialista aconseja limitar el tiempo de exposición, especialmente durante los primeros días de sol. Mejor evitar las horas centrales (de 12 a 16 h) y consultar la radiación solar diaria en fuentes oficiales como la Aemet. A partir de un índice 6, el riesgo ya es alto.
Maset insiste en que la fotoprotección debe ir más allá de la crema: ropa clara, ligera, sombrero y gafas con filtro 100% UV son aliados imprescindibles. Y, por supuesto, los niños merecen especial atención: nada de exposición directa al sol en menores de un año, y para los pequeños, siempre protectores pediátricos con SPF 50+.
Por último, el experto lanza un mensaje rotundo: “La mejor forma de protegerse es reducir al máximo el tiempo bajo el sol y aplicar crema cada día, incluso en invierno y aunque vayamos a estar a la sombra”.
Porque en la lucha contra el envejecimiento prematuro y el cáncer de piel, el fotoprotector no es solo para la playa: es tan esencial como el abrigo en invierno o el paraguas en día de lluvia.