Hoy: 23 de noviembre de 2024
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé un febrero “pobre” en lluvias para hacer frente al avance de la sequía y percibe un cambio en las precipitaciones durante el invierno en la última década, que ya no se registran las “grandes borrascas persistentes” que otrora permitían “una semana entera” de lluvias que propiciaban escorrentías para mejorar las reservas de los embalses.
El delegado territorial de Aemet en Andalucía, Juan de Dios del Pino, ha descartado nuevas precipitaciones “en lo que queda de mes de enero” en Andalucía y ha adelantado que si llueve en la primera quincena en febrero será “poquito” y, en la segunda quincena, lo hará más pero no “por encima de la media”, según los pronósticos actuales.
En cualquier caso, el delegado territorial de Aemet ha advertido de que la clave para hacer frente a la sequía no es “solo la cantidad, sino la forma en la que llueva” y ha puesto como ejemplo las precipitaciones registradas este mes de enero con una “secuencia de dos borrascas, primero Irene humedeciendo un poco el suelo y luego llegó Juan, que como el suelo estaba húmedo, con parte del agua sí hubo escorrentías y llegó a los pantanos”.
“Si toda la lluvia ha caído en este mes de enero hubiese ido a los pantanos, hubiésemos tenido un 30% más y estaríamos con nuestros embalses en la mitad” de su capacidad, ha añadido Del Pino, que ha advertido de que “no ha pasado nunca” un periodo de 30 días consecutivos de lluvias con una media de diez litros al día como el que planteó el presidente de la Junta, Juanma Moreno, para evitar restricciones en verano en grandes ciudades.
En su opinión, “la cuestión es no sólo que está lloviendo menos, sino cómo está lloviendo, porque en los últimos diez años las precipitaciones están por debajo de la media, a excepción del año 2017-2018, que tampoco llovió mucho, y el invierno ha pasado del primer al tercer lugar como principal fuente de precipitación en Andalucía tras la primavera y el otoño”.
El delegado territorial de Aemet ha recordado que los inviernos antes traían “grandes borrascas persistentes, no con mucho viento, con mucha precipitación, y una semana entera lloviendo” mientras que ahora en Andalucía los principales aportes se producen con las ‘danas’ de “primavera y otoño con lluvias torrenciales, que dejan mucho en un lugar y poco en otro, y evidentemente son menos cantidad”.