La Guardia Civil, en el marco de la operación Fake James, ha desmantelado una red criminal que ha logrado defraudar 1,5 millones de euros a través de la estafa del amor. La estafa, que ha afectado a al menos 70 personas, consistía en simular relaciones amorosas para ganarse la confianza de las víctimas y luego pedirles grandes sumas de dinero bajo el pretexto de tener problemas económicos. En total, 21 personas han sido detenidas y otras cuatro investigadas por su implicación en esta organización criminal.
La investigación comenzó cuando una víctima denunció haber sido estafada por más de 94.000 euros, tras creer que mantenía una relación amorosa con una persona que decía tener dificultades financieras. Los estafadores usaban perfiles falsos en redes sociales y se hacían pasar por personas reales, logrando contactar con sus víctimas para luego establecer una relación afectiva. Durante este proceso, solicitaban dinero de manera fraudulenta, alegando situaciones económicas apremiantes.
Los delincuentes empleaban diversas estrategias para ganarse la confianza de las víctimas, como el uso de imágenes de perfil ficticias y profesiones que no existían. Tras establecer una relación de confianza, los estafadores solicitaban dinero a las víctimas, quienes, sintiéndose comprometidas, realizaban transferencias a cuentas bancarias proporcionadas por los delincuentes a través de aplicaciones de mensajería.
El Equipo de Delitos Tecnológicos de la Guardia Civil asumió la investigación, identificando a 70 personas afectadas por esta estafa en diversas provincias españolas, como Madrid, Navarra, Alicante, Sevilla y Vizcaya, además de algunos países europeos y africanos. La red criminal estaba bien organizada, con roles definidos entre sus miembros, desde los encargados de manipular emocionalmente a las víctimas hasta los que falsificaban documentos y creaban empresas fantasma.
Los miembros de la organización no solo se encargaban de captar a las víctimas, sino que también abrían cuentas bancarias con datos falsos o de «mulas» y blanqueaban el dinero mediante la compra de bienes que posteriormente enviaban a países africanos. Este proceso de lavado de dinero les permitía mover los fondos obtenidos de manera ilícita a través de diferentes canales internacionales.
A lo largo de la investigación, la Guardia Civil realizó siete registros en localidades de Navarra y Madrid, lo que permitió obtener información clave sobre los miembros de la red. Como resultado, se detuvieron a 21 personas y se investigó a otras cuatro. Además, se lograron bloquear 93 cuentas bancarias con un total de 1,5 millones de euros, y se intervinieron cuatro vehículos relacionados con la organización criminal.