La historia se repite, pero el guion aún está por escribir. España y Francia cruzan caminos este jueves (21:00h, La 1) en Stuttgart, en una semifinal de la Liga de Naciones con aroma a vendetta. Los de Luis de la Fuente buscan cerrar el círculo y defender el título conquistado en Róterdam el pasado curso. Los galos, mientras tanto, llegan con la memoria aún caliente: la Eurocopa pasada sigue escociendo, según una información publicada en Europa Press.
La campeona de Europa no se conforma. Ni el desgaste físico ni los galones le pesan. Acumula 18 partidos sin perder, una marca que quiere estirar ante uno de los gigantes del continente. En las dos últimas ediciones de la ‘Final Four’ ha dicho presente, y ahora sueña con enlazar su segunda corona consecutiva. ¿La misión? Frenar las revanchas en cadena: primero Francia, después Alemania o Portugal.
El MHP Arena de Stuttgart trae buenos recuerdos. Allí, un testarazo de Mikel Merino tumbó a la anfitriona Alemania en la pasada Euro. Hoy, el navarro apunta al once si De la Fuente reserva a Fabián Ruiz, recién incorporado tras levantar la Champions con el PSG. Zubimendi será el ancla, con Pedri más adelantado, en un medio que tendrá que templar la tormenta física francesa.
La zaga, frente a Mbappé, exige templanza y jerarquía. Vivian, Cubarsí, Le Normand y Huijsen se juegan dos plazas para proteger a Unai Simón. En ataque, Oyarzabal parte con ventaja para liderar la ofensiva, con Morata y el joven Aghehowa esperando su momento. Las alas, en cambio, están blindadas: Yamal, Nico Williams y Dani Olmo son indiscutibles.
El extremo del Barça es el foco. Francia lo sabe, Deschamps lo teme. Ya les vacunó en el último cruce, y esta vez llega en estado de gracia. La defensa francesa, mermada por las bajas de Koundé, Saliba y Upamecano, tendrá que improvisar para frenar a un jugador que nadie ha conseguido detener esta temporada.
Delante, la ‘Bleu’ se agarra a su artillería. Mbappé, ahora madridista y Bota de Oro, quiere ser juez en la misma ciudad donde España celebró hace un año. Dembélé, en su versión más decisiva, y el talento emergente de Olise, Cherki y Koné completan una ofensiva temible. La duda es táctica: ¿mantendrá Deschamps su 4-3-3 o apostará por blindar el centro con un trivote?