España se encuentra entre los países de la Unión Europea con menos camas hospitalarias por habitante. Según los datos provisionales de 2023 de Eurostat, el país cuenta con 288 camas por cada 100.000 habitantes. Esta cifra representa un descenso respecto a 2020, cuando había siete camas más por cada 100.000 personas. La tendencia no es exclusiva de España. La UE ha reducido sus camas hospitalarias en la última década. En 2013 la media europea era de 552 camas por cada 100.000 habitantes, y diez años después ha bajado a 511. Esto refleja un ligero descenso, de apenas seis camas, con respecto al año anterior.
Entre los países con más camas destacan Bulgaria, con 864, seguida de Alemania (766), Rumanía (728), Austria (660) y Hungría (651). En el extremo contrario se sitúan Chipre (298), Irlanda (289), España (288), Finlandia (260), Dinamarca (233), Países Bajos (231) y Suecia (187). Incluso algunos territorios fuera de la UE, como Liechtenstein (223) e Islandia (257), registran cifras bajas.
Los expertos señalan que la proporción de camas hospitalarias no es el único indicador de la capacidad sanitaria. Los avances médicos y tecnológicos han reducido la estancia media de los pacientes. Muchos procedimientos que antes requerían ingreso ahora se realizan de manera ambulatoria. Esto significa que un menor número de camas no siempre refleja falta de acceso a la atención, según Europa Press.
Además, los países con menos camas hospitalarias suelen compensarlo con más camas de cuidados de larga duración. Esto incluye residencias de ancianos y otros centros especializados. Por ejemplo, Países Bajos lidera en este tipo de camas, con 1.400 por cada 100.000 habitantes. Suecia y Bélgica también destacan, con 1.315 y 1.250 camas respectivamente. España ocupa la posición 14 con 842 camas de larga duración por cada 100.000 personas. En contraste, Grecia y Bulgaria presentan las tasas más bajas, con 20 y 26 camas respectivamente.
En resumen, España enfrenta un reto en cuanto a camas hospitalarias, situándose en la parte baja de la UE. Sin embargo, la atención sanitaria moderna y los servicios de cuidados de larga duración ayudan a equilibrar la capacidad del sistema. Aun así, la cifra sigue siendo un indicador relevante sobre la infraestructura sanitaria disponible y su evolución en los últimos años.