Hoy: 22 de noviembre de 2024
El presidente de la Generalidad valenciana, Carlos Mazón, un hombre desbordado y un político desahuciado, se aferra al poder y descarta dimitir. Tampoco su Gobierno. Sostiene la portavoz, la honorable Susana Camarero Benítez, que no pueden renunciar a sus cargos para no dejar abandonados a las víctimas de la DANA, y parecen no enterarse de que lo que los afectados les piden a Mazón y al resto del Gabinete es que se vayan precisamente porque los han dejado abandonados antes y después del desastre.
Con una consejera responsable de emergencias que no sabía que existía un botón de alarmas, o un presidente entretenido en comidas en las horas previas al apocalipsis, y enzarzado en cuitas hasta con su propio partido, hace casi dos semanas que tendrían que haberse ido por vergüenza y dignidad. El fin de semana una multitud con 130.000 ciudadanos salieron a las calles de Valencia para pedir a su presidente que dimita. Son muchas voces enfurecidas como para ignorar al clamor.
Y no son los únicos, en la calle deberían estar acompañados por el máximo responsable de la nefasta gestión de una crisis sin precedentes, el “si quieren ayuda que la pidan” Pedro Sánchez. Dos semanas después, ni él, ni Mazón han pedido perdón por nada. Tal vez el reguero de muertos y desaparecidos no sean suficiente motivo para disculparse.